❁
❝Aveces el mundo decide hacerte una jugada muy sucia❞
❝¿Cuánta probabilidad hay de que personas vengan de otra dimensión a estas? Y todavía, al mismo tiempo❞
❁
🅓🅐🅣🅘🅣🅞🅢
• 𝙻𝚊𝚜 𝚒𝚖𝚊𝚐𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚗𝚘 𝚜𝚘𝚗 𝚖í𝚊𝚜.
• 𝗡𝗢 𝚜𝚎 𝚙𝚎𝚛𝚖𝚒𝚝�...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El movimiento del tren sube y baja consecutivamente, instaurando un ambiente sutilmente incómodo que se convierte en un silencio consumidor para cada ocupante en el vagón. Pensamientos diversos revolotean en sus mentes, como gaviotas sobre un mar salino, tejiendo un tapiz de reflexiones en este viaje con destino muy inesperado.
Los hilos en busca de atarse, golpean duramente la realidad del hombre carmesí, analizando con esos dos jades perfectamente posicionados en su rostro, los cuerpos unidos en un abrazo de las intrusas que los acompañan. Ver cada fino rasgo de sus rostros esculpidos a un molde perfecto de su viva imagen, provoca una gran duda de su propia existencia.
Ser idiota nunca es algo que lo definió, pero verse tan vulnerable ante una situación que no controla desquicia su juicio. Quería hablar, preguntar algo más al fondo de ellas, pero al igual que él; la cautela y sigilo generado por las niñas ponían en raya sus intentos de cuestionar incluso como es que funciona la modalidad de vida en su mundo.
El pequeño interrogatorio no dudo mucho cuando tuvieron su momento, solo se enteró de trivialidades de su vida que no genera ningún indicio de como es que las niñas terminaron en otro plano paralelo al de su mundo.
—Bueno, creo que nosotros iremos a ver qué hay de comer— Por primera vez, la voz de alguien resonó dentro de ese espacio.
La rubia de labios rojos se paró de su asiento, acompañado por su esposo que dejó salir un resoplido pesado. Dicha acción solo fue una iniciativa para dar más privacidad y confianza a una familia que de un momento a otro se encuentra unida -momentáneamente-.
—Shikadai, vamos— Murmura entre dientes la fémina, jalando del cabello a su primogénito que rápidamente se despertó al ser tomado bruscamente.
Con un "click" de la puerta, reafirmando la total privacidad entre el Kazekage y las dos niñas, el varón se removió en su asiento para cruzar sus piernas, recostandose en el respaldar mientras no pierde vida de cada acto por las "extranjeras".
Sin quedarse atrás, las féminas hicieron lo mismo, especialmente la más jóven que ante los ojos analíticos del varón solo podía contemplar cómo sus pies jugaban nerviosos de arriba a abajo. Contrario con la menor que responde al nombre de Kushina; ella permaneció seria, con su mente inmersa en un torbellino interno, recordando la transformación de la aldea donde nació, que ahora lucía completamente diferente a sus memorias.
