Querido Lucifer - RadioApple|AppleRadio

2da Carta

Querido Lucifer:

Ha pasado una semana desde que te envié mi carta y todavía no he recibido ninguna respuesta, me preguntó ¿Porqué?

¿Cómo has estado? Por mi parte todo ha estado igual que siempre, levantarme, ir a trabajar, ir a la cama. La misma rutina que eh tenido por años. Vivo en un departamento de mierda, pero supongo que eso es lo que consigues cuando trabajas en una emisora. Mi ángel eh estado pensando en ti demasiado la mayor parte del tiempo, recordando aquella noche, preguntandome que estarás haciendo actualmente y a veces no puedo evitar preguntarme si te acuerdas de mi.

Te vi de nuevo hoy en la emisora, esta vez a una hora más razonable. Parecías algo incómodo y molesto ¿De qué? Tal vez era por tu trabajo, aunque esta vez venías mucho más mejor que la última vez. Estabas mucho más hermoso. Caminaste hacia donde yo me encontraba-cerca del mostrador de la entrada de la emisora-lo que me hizo quedar totalmente feliz de tenerte nuevamente cerca mío. Mientras caminabas hacia mí pude notar que murmuraste algo tan silenciosamente que no pude escucharlo. 

Esta vez me encontraba menos nervioso, iba a actuar normalmente, esta vez no iba a arruinarlo dos veces, no importaba que dijeses o hicieras. Aunque admito que la forma en que te comportaste conmigo, de una forma tan fría hizo que me sorprendiera, evidentemente no era lo que esperaba, pero tampoco era tan malo.

De hecho, no parecías sentir nada en absoluto, parecías indiferente ante mí. Estaba esperando que me hablaras o me trataras con repugnancia, pero me trataste como si yo fuese cualquier extraño, uno al que solo le pediste un favor insignificante y ahí se termino todo. Esto me hace dudar de si recibiste mi carta, quizá deberías chequear tu buzón más a menudo.

Me diste el nuevo papel donde tenía las palabras que tenía que transmitir y a los pocos segundos de que lo leyera, te di mi mejor sonrisa y te dije que lo haría con mucho placer, pero tu solo asentiste y caminaste hacia la salida sin si quiera voltear a mirarme, sonreirme o si quiera despedirte.

Una parte de mi está acostumbrada, este es un trato muy normal para mí, ya que lo hago con más de cincuenta personas en todo el día, pero contigo fue diferente, yo me había determinado aquella noche en el que te escribí mi primera carta a poder hablar más contigo la próxima vez que te viera. Cosa que fracaso.

No estaba satisfecho con los resultados, no me gustaba esta sensación de haber fracasado, tenía que lograr un progreso. Lo medite unos segundos, mirando por los alrededores, topandome con una cámara, haciendome recordar que hay un pequeño cuarto en el extremo izquierdo opuesto a la entrada de la emisora, designado para el personal.

Allí guardan todo el contenido que era tomado por las cámaras de seguridad, acerca del cual el personal hemos sido instruidos en nuestra inducción. Para mi suerte, hay una cámara situada justo al lado del mostrador en donde minutos atrás estabamos juntos.

Esperé todas las horas restantes que quedaban para que cerraran la emisora, una vez que cerraron con sigilo de que nadie me viera me dedique a entrar y echar un vistazo a las grabaciones. Tras inspeccionar algunas de las pantallas encontré la que daba vista hacia el mostrador. Y luego de unos minutos de escanear, te encontré.

Di pausa en el mejor ángulo que pude captar, admirando tu imagen en la cámara, no pude evitar acercarme más a la pantalla, quería verte más de cerca. Odio la tecnología que actualmente hay en todo sitio, pero por esta vez hice una excepción, porque pude verte perfectamente en aquel video, gracias a la cámara de seguridad. Mi ángel.

Verte por tanto tiempo me hizo darme cuenta de lo perfecto que eres; cada rasgo de tu cuerpo, tu cuerpo pequeño y delgado, tu rostro detalladamente delicada, tus piernas, tu cabello rubio, eras simplemente perfecto, la cámara captaba cada detalle tuyo, tu cuerpo era lo que más destacaba en la cámara, esa forma tan delicada como la de un ángel, era jodidamente excitante. Lo puse en reversa la toma de cuando pasaste por el mostrador un par de veces, no podía evitarlo. Mis ojos estaban perdidos en la pantalla. Me sentía hechizado por ti.

No sé cuánto tiempo estuve observandote, pero supe que fue un buen rato, porque ya no había nadie en la emisosa, tenía que irme pero no quería dejar de verte mi ángel, necesitaba hacer algo para no dejar de verte ni por un segundo.

Después de algunos minutos de consideración, saqué la cinta y la puse en mi bolsillo, me la llevaría a casa. Se que esto no esta permitido, bien podría ser despedido por estas acciones, pero no puedo evitarlo, Lucifer, te amo. Amo todo de ti. Pienso constantemente en ti, mi ángel ¿Tú sientes lo mismo por mí, mon bel ange?

Por  favor, escríbeme lo más pronto posible.

Sinceramente, Alastor.