Lavanda.

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Día 3: Ojos vendados.

Siempre que empezaban a tocarse, besarse e ir más allá ella cerraba los ojos y se dejaba llevar por él. Sin embargo era diferente tener los ojos tapados por una cinta que él amarró en su cabeza.

Lo único que le indicaba que estaba haciendo Loid con ella era su tacto. Sentía los labios de Loid dejando besos en la marca del valle de sus senos, las manos en sus pechos.

No se sentía incómoda, para nada. Ella le aseguró de muchas formas que esto era lo que ella quería hacer con él. Solo así él cedió. Sin embargo, aún estaba siendo extremadamente delicado con ella. Casi como si tuviera miedo de que ella fuera a arrepentirse.

-¿Estás segura de esto, verdad? -preguntó Loid.
-Segura... Confío en ti -murmuró.

Loid levantó la cabeza para poder verla, pero no estaban sus ojos ahí. En cambio se concentró en ver sus labios rosados abiertos e hinchados. Sus brazos extendidos a sus costados con las manos abiertas.

-Aun así, sí te sientes incómoda o te arrepientes, golpéame... -susurró él.

Loid presionó sus labios contra la piel de su cuello, una mano sujetó su cintura y la otra tomó su seno izquierdo y lo empezó a masajear. Ella gimió en respuesta, ladeó la cabeza a un lado y sus labios quedaron junto a la oreja de Loid.

-Hueles a lavanda -murmuró Loid, dejando de besar un momento su cuello.

Ella no pudo contestar porque sintió nuevamente los labios de Loid contra los suyos, fue cuando movió su mano al cabello rubio de él, enredando sus dedos con su cabello e impidiendo que él se alejara de sus labios.

Sin embargo, Loid empezó a dejar besos por su mejilla, llegando nuevamente a su mandíbula y bajando sus besos por el largo de su cuello hasta llegar a su hombro derecho.

La mano de Yor no se movió, se quedó en el cabello de su esposo, jugando con el mismo mientras que su esposo dejó besos húmedos en su hombro, dejando leves marcas rosadas. Loid podía jurar que sentía el pulso acelerado de Yor contra su piel.

-Loid -susurró.
-Te amo, preciosa.

Loid dejó de masajear su seno, para tomar la mano de su cabeza, entrelazar los dedos y mantenerlas unidas a un costado de su cuerpo.

Sus labios llegaron a sus senos, ella arqueó la espalda mientras Loid empezaba a dejar todo el aprecio que tenía por ella en ambos, logrando que Yor gimiera su nombre en voz alta apretando la mano de Loid y la otra rascando suavemente con sus uñas su brazo.

Al solo tener el tacto como indicador de lo que sucedía, ella estaba extasiada y se estaba perdiendo completamente en sus labios y toque. Él estaba dibujando estrellas alrededor de cada centímetro de su piel. Lo amaba por esto y por más.

Amaba a la persona que tenía ahí, su corazón se aceleró mucho más y Loid llegó a su feminidad.

Deslizando la parte inferior de sus muslos sobre sus fuertes hombros, esperó a ver su reacción mientras presionaba sus labios a pocos pasos de distancia, muy cerca de su centro, pero lo evitó en el último momento.

-Continúa -aseguró ella.

El resbaladizo y dulce sabor de su sabor personal era algo que quería grabar en su memoria, así que concentró sus esfuerzos en sacarle más provecho. Ni siquiera le importó la forma en que ella comenzó a tirarle del cabello y a chocar contra él. Todo esto simplemente lo impulsó a seguir adelante.

Él la adoraba y supo entonces que no había nada que no haría por ella. En esta vida y en lo que viene después. Para siempre.

-¡Loid! -gritó.

Fue cuando sus muslos temblaron alrededor de él, ella arqueó la espalda fuera de la cama delirando su nombre mientras él se quedaba observando lo que él hizo con ella. Y lo hermosa que se veía para él.

Lo que extrañaba más, eran esos ojos rojos, grandes como estrellas en medio de su rostro, dándole esa mirada con amor que ella siempre tenía sobre él.

Deslizó sus muslos por sus hombros, acarició los mismos con sus manos mientras se acomodaba entre sus piernas y subía el cuerpo, flotando sobre ella hasta llegar a su rostro. Una leve capa de sudor la envolvía, su pecho subía y bajaba, intentando encontrar suficiente aire para controlar nuevamente su corazón.

-Al diablo con esto -Loid tomó la cinta de sus ojos y la deslizó sobre su cabeza.

Su cabello se desordenó con el movimiento, sus ojos rojos se abrieron encontrándose con esos ojos azules, oscuros y llenos de deseo por ella. Observándola con detenimiento.

-Quiero ver tus ojos, mi amor.

Con ese último comentario que quedó grabado en su memoria, él entró en ella, como si simplemente estuvieran hechos el uno para el otro. Ella jadeó y abrazó a su esposo con ambos brazos.

Se estremeció y algo en sus ojos se convirtió en un fuego azul fundido. Lo único que le quedaba por hacer a Yor era aguantar por su vida, y eso era algo que ciertamente podía lograr. Cada vez que sus caderas chocaban contra las de ella, se sentía como si una descarga eléctrica los sacudiera a ambos. Más y más alto, hasta que amenazó con tragárselos a ambos.

La sensación de su cuerpo deslizándose contra el de ella, la forma en que su respiración entrecortada bailaba a través de su cuello y dentro de su oído, y luego la forma en que él frenéticamente perseguía su propio orgasmo en ella. Hasta que ambos se desvanecieron al mismo tiempo.

-Te amo, Loid -gimió.

Loid oculto el rostro contra la curva de su cuello, absorbiendo todo de ella. El olor a lavanda que desprendía de su cuerpo, ella olía como el bosque porque ese era el lugar en el que alguien era libre. Él era libre con ella y por eso cree que ella huele de esta manera. Árboles, viento fresco y flores silvestres.

-Te amo, mi amor -susurró.

No le importaba ser tan romántico con ella, ni que le sacará la venda de los ojos solo porque él quería verla. Podía intentarlo otra vez algún día.

Twiyor NSFW Week.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora