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Cuando JungKook despertó, no recordaba lo que había sucedido. Tardó unos segundos en recordar que había salido con SooBin a pedir dulces y, de regreso a casa, había sido secuestrado. Al lograr asimilar lo que estaba sucediendo, el instinto de supervivencia del chico se activó, y lo primero que intentó hacer fue levantarse de la silla en la que se encontraba sentado.

«¿Es en serio?»

No sabía si reír o llorar.

Como si de una mala película de terror se tratase, se encontraba encadenado a la silla. Él parecía ser el protagonista de esas películas de terror que le parecían aburridas, en donde el guionista hacía todo lo posible para forzar una trama en donde todo era tragedia para el protagonista y, al final, éste moría. Un escalofrío recorrió su espalda de solo pensarlo.

«Tanto me burlaba de esas películas, y ahora terminé secuestrado por la copia barata de Michael Myers.»

Internamente, empezó a lamentarse. El sentimiento empeoró cuando observó a su alrededor y se dio cuenta de que se encontraba en un sótano, en donde la única luz que parecía iluminar el espacio era la que entraba por la pequeña ventana.

No tuvo mucho tiempo para lamentarse ni poder pensar en una escapatoria, porque fue interrumpido por el sonido de la puerta abrirse, seguido de unas fuertes pisadas bajar por las escaleras.

«Ésta es la parte en la que, si no consigo escapatoria, empezará a torturarme hasta la muerte, o al menos hasta que quede gravemente herido y, posiblemente, pierda alguna parte de mi cuerpo.»

Sin poder evitarlo, un sollozo salió de sus labios. Ahora se arrepentía de haber visto tantas películas de terror con finales trágicos y muertes grotescas. Hubiera preferido vivir feliz en la ignorancia y pensar que existía esperanza de escapar, pero luego de haberlas visto, pensaba que no saldría vivo.

La desesperación invadió su cuerpo cuando el hombre había terminado de bajar las escaleras y encendió la luz. Esperando encontrarse con una escena macabra, cerró los ojos y empezó a hiperventilar.

El secuestrador sonrió divertido por debajo de la máscara. Sabía que JungKook había visto demasiadas películas de terror, y probablemente esperaba encontrarse con un sótano que parezca una típica escena de la Masacre de Texas.

En vista de que pasaban los segundos y no escuchaba que el enmascarado se moviese, JungKook abrió lentamente los ojos. Se sorprendió al encontrarse con una escena diferente a la que imaginaba.

La mayor parte del sótano se encontraba increíblemente limpia y ordenada, hasta pensaría que se trataba de un sótano común y corriente, de no ser por una parte que, a simple vista, espantaría a cualquiera. A su izquierda, había una pared que tenía repisas llenas de armas de todo tipo y diferentes artefactos que, según sabía por lo que había visto en las películas, se utilizaban para tortura. Algunos de los artefactos y armas tenían manchas de sangre seca, al igual que algunas prendas de ropa que se encontraban esparcidas en una esquina de la habitación.

«Maldita sea. Voy a morir.»

Sabiendo que no obtendría resultados, empezó a forcejear con las cadenas, en un patético intento de liberarse.

»Al menos lo intenté.»

Soltó un sollozo cuando el enmascarado se acercó a él y acarició su rostro con el cuchillo que tenía en su mano derecha. Al observarlo, se dio cuenta de que tenía manchas de sangre seca.

Era incapaz de hablar en esa situación. Sintió que su alma abandonaba su cuerpo en el momento en el que el cuchillo fue bajando por su cuello y abdomen, rompiendo la camiseta que tenía puesta con un solo trazo. Su cuerpo se estremeció al sentir el roce de la hojilla sobre su piel.

Halloween Killer (JiKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora