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Sus ojos se levantan en cuanto ese conocido aroma a pino y limón se aproxima a él.

Aunque no tiene que verlo para saber, Max sabe a la perfección de quién se trata.

A unos cuantos pasos de él, Sergio Pérez camina con el celular entre las manos y concentración absoluta denotandose en toda su expresión.

Con el tiempo, el rubio entendió que aceptar que su compañero de equipo era atractivo no tenía nada de malo, aún si sabía que era un alfa de quién se trataba, aceptarlo no era ningún pecado.

Ya había visto a varios omegas caer por su aroma y carisma, y no los culpaba.

El mismo envidiaba al mexicano, deseando tener la misma habilidad para desenvolverse en lugares extraños con facilidad.

Quizá no era lo que todos consideraban una persona odiosa, pero comparándolo con Checo, Max no era más que otro alfa arrogante y prepotente que se dejaba llevar por su casta. Y no es que no fuera atractivo, porque lo era y lo sabía, pero hasta él mismo, si fuera un Omega, preferiría al alfa amable y atento que al alfa orgulloso y ególatra.

Sergio Pérez era demasiado bueno para ser verdad. Ciertamente el o la Omega que fuera su destinado tendría tremenda suerte.

Cuando el alfa mexicano llegó hasta él, le sonrió en un gesto de bienvenida y el otro se lo devolvió, guardando su celular en el bolsillo de su pantalón para acomodarse a su lado en la barra de bebidas.

-¿Cómo va todo?

Max hizo una mueca.

-Bastante tranquilo para ser una fiesta organizada por George.

-No sé si ver a Carlos y Pierre bailando sin camisa como locos sea algo tranquilo -señalo divertido, provocándole una risilla al neerlandés.

-Es lo normal para ellos -recordó, acercándose más al pelinegro para escucharlo mejor -. ¿Por que llegas recién?

Sergio se encogió de hombros, apoyando ambos codos en la barra detrás de ellos y alzando el pie derecho para recargarlo.

-Honestamente no tenía ánimos para venir. Me siento algo cansado.

Max frunció el ceño al instante.

-¿Te sientes bien?

Checo asintió, revisando todo el lugar con curiosidad.

-Mhm, pero desde la gala de la fia me he sentido algo descontrolado, ¿Sabes? Mis instintos están como locos. Ha sido algo difícil controlar mis feromonas y eso, no sé que me pasa.

El rubio asintió también, buscando, de algún modo, respuestas para su compañero.

-Puede que tú celo esté cerca, ¿Cuando fue la última vez?

La nariz del pelinegro se frunció como si de repente algo le molestará, pero intento actuar como si nada.

-No, mi celo se supone que será dentro de tres semanas, es muy pronto aún.

-Bueno, quizá se este acelerando. Cuando era un adolescente me pasaba muy seguido, es normal, ¿Sabes?

Sergio soltó una risilla.

-No creo que mis malestares tengan algo que ver con tus problemas de adolescente hormonal, Max.

El nombrado ignoro la clara burla, pasando con algo de dificultad saliva ante la idea que se había formado en su cabeza.

-¿Y si es por tu destinado?

La risa de Sergio se paró al instante, colocándose repentinamente serio.

Prohibido (chestappen) (checlerc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora