Prohibido (chestappen) (checlerc)

07

Para el día siguiente, las feromonas de Max estaban tan descontroladas que cuando llegó al paddock para la Qualy, las personas salían corriendo ni bien se acercaba.

Mejor, pensó.

No quería lidiar con soportar a los demás.

Había tenido una noche pésima, ni siquiera durmió y la cabeza le martillaba como si hubiera sufrido un terrible accidente.

Ni siquiera aquella vez que Hamilton le provocó un DNF en 2021 durante su pelea por el título recuerda haber estado tan mal físicamente.

La decepción y confusión que sentía en el pecho, de alguna manera, era diez veces peor que haber soportado la carga de 50 G como en aquella carrera.

Salió de sus pensamientos, frunciendo el ceño, cuando alguien lo chocó por él hombro. Un incidente, un pequeño golpe que se remediaba con unas disculpas. Un error por ir distraído. Pero para Max, que en ese momento se sentía contra el tiempo y a punto de estallar, no fue así.

Gruñó, girandose con el fuego en sus ojos, solo para encontrarse al responsable de dicho acto.

Lewis.

Justo en quien pensaba.

Iba a matarlo.

El británico lo miro también cuando sintió su intensa mirada sobre él y sonrió levemente.

—Oh, perdón, Max, no te vi —murmuro a modo de disculpa y con un tono suave.

Hamilton por lo regular era siempre relajado y paciente, todo lo contrario a Max. Era más fácil lidiar con él que con él holandés, todos lo sabían.

Incluso Checo.

No pudo evitar recordar aquella vez que discutieron luego de Brasil. Checo le había reclamado, él le había reclamado. Max le había dicho que él no era nadie para pedir lealtad cuando no era enteramente leal a él, que no olvidaba como en 2021, cuando peleaba por el campeonato contra Hamilton, Pérez a veces se encontraba con él e iba de fiesta, incluso lo felicitaba cuando ganaba cuando a él a duras penas le estrechaba las manos y le decía un cortes "Bien hecho, Max".

Y Checo le había respondido, claramente ofendido, que era así con Hamilton porque llevaba más tiempo de conocerlo y que, además, era mucho más agradable que Max.

El lado racional de Max debió de haber entendido que quizá tenía razón, que por más compañeros de equipo que fueran, Checo no le debía nada. Si eran amigos estaba bien, pero checo no tenía porque serle completamente servicial a un mocoso que apenas y conocía. Mucho menos después de Brazil.

Aún así, el lado caótico del rubio, el que insistía en aferrarse a Checo, no podía verlo de ese modo. Lo veía como si lo estuvieran traicionando de la manera más cruel, como si le estuvieran robando algo. Y de algún cruel modo, lo estaban haciendo.

Max había crecido su vida entera buscando la aprobación de su padre o de cualquiera que considerará necesario.

Checo era necesario. Lo necesitaba.

Lewis no podía quitarle su aprobación de ese modo como lo llevaba haciendo desde hace años. El que lo conozca de años no le da el derecho de hacerlo parecer desagradable a su lado. Max podía ser tan agradable como quisiera.

Lewis no le arruinaría nada de nuevo, no lo permitiría.

—¿Que mierda te pasa? —sus manos se abalanzaron hacia el frente con un ligero pero firme empujón, uno provocativo —¿Por qué carajo no puedes ver por donde caminas, eh? Imbécil.