Dentro del universo de "El Cadáver de Lee Felix"
Un romance secreto entre el único hijo de una familia cuyo apellido sonaba hasta pueblos vecinos por la gran riqueza que poseía y el sirviente de unos "nuevos ricos" que surgieron en el pueblo.
¿Qué p...
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Seungmin se encontraba mirando al sol ocultarse entre los árboles del bosque sentado frente a su ventana, aún no podía creer lo que había pasado esa mañana en el pueblo, lo había tenido tan cerca y lo había detenido para preguntar su nombre, ni siquiera se veía enojado por haberle caído encima y lo mejor de todo es que ahora sabía cómo llamar a aquel joven, Bang Chan.
Recordaba la primera vez que había visto al castaño como si hubiera sido esa misma mañana.
«—Buen día abuela Young ¿cómo está hoy?—dijo alegremente entrando a la florería. Ese día iba con sus padres así que tenía solo unos minutos para saludar a la mujer.
—Hoy estoy excelente y más ahora con tu visita, ¿viniste con tus padres verdad?—Le dijo la abuela mientras lo soltaba del abrazo que le daba siempre y él asentía en respuesta —Los vi pasar hace un rato pero como no sabía si estabas con ellos hoy no preparé tus flores, dame un momento ¿sí?
Seungmin asintió con una sonrisa y dió un recorrido por la pequeña florería viendo las flores que acababan de llegar antes de decidir salir a ver las margaritas que siempre estaban afuera junto a los girasoles.
Esa mañana en particular se sentía bastante agradable, no hacía tanto calor pues acababa de comenzar el otoño, el sol de mediodía rozaba su piel haciéndolo sentir cálido y las margaritas se veían preciosas. Todo parecía estar en armonía esa mañana hasta que escuchó un escándalo del otro lado de la calle.
—¡Por qué no te fijas por dónde vas!— era el señor que se encargaba de repartir el pan en su bicicleta, estaba tirado con su canasto de pan, su bicicleta a un lado y los panes regados por el suelo mientras un chico le pedía disculpas.
La escena, aunque parecía algo graciosa con ese joven pidiendo disculpas una y otra vez avergonzado, le preocupaba un poco, el hombre por su parte parecía bastante molesto con la situación. Dejó de prestar atención a la discusión cuando notó que las mejillas del joven estaban rojas por la vergüenza, le pareció adorable.
—Aquí está tu ramo de margaritas —dijo la abuela Young haciendo que diera un salto pues se había olvidado por unos segundos de dónde se encontraba —Esta vez agregue algunas rosas amarillas por tu cumpleaños, está cerca y creo que no podrás venir por esos días.
Seungmin aceptó el ramo que le preparó la abuela Young, ella siempre le regalaba margaritas porque sabía que eran sus favoritas, al inicio había intentado pagarlas pero ella nunca lo dejó hacerlo así que con el tiempo se rindió y cada que cumplía años le hacía un ramo especial y agregaba flores diferentes.
—Trataré de hacerlo pero sabe que mis padres siempre planean algo para quedar bien con sus amigos—dijo algo serio —Disculpe que la deje tan rápido pero solo me escape para saludarla, ya sabe como se ponen mis padres cuando paseo sólo por el pueblo.
