8. ¿Creyeron Que No Nos Dariamos Cuenta?

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Chan esperaba recargado en el coche de los Hwang, le habían indicado dónde debía esperar y eso hacía, miraba al cielo y a su alrededor, se sentía extraño estar del otro lado de la cerca

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Chan esperaba recargado en el coche de los Hwang, le habían indicado dónde debía esperar y eso hacía, miraba al cielo y a su alrededor, se sentía extraño estar del otro lado de la cerca. Cuando les abrieron la gran reja para que el coche entrará se sintió como un ladrón pasando justo de lado de la reina a quien acababa de robar su más preciada joya, su estómago no dejaba de decirle que no estaba bien su presencia en aquel lugar y aún se mantenía gritándole como si estuviera en un gran peligro.

—¿Qué se siente estar del otro lado?, ¿Es emocionante? —Una voz aspera lo sacó de su burbuja como si pudiera leerle los pensamientos, cuando giró su rostro se encontró con un viejo, sin tener que adivinar supo que era el señor Choi, ese que Seungmin juraba que estaba en su contra.

—¿Disculpe? —preguntó confundido, aquel hombre canoso lo miraba con algo de burla en su mirada y él no lograba comprender del todo por qué lo hacía, o quizá lo hacía, pero prefería fingir que no.

—Oh vamos, no soy estúpido niño –dijo soltando una risa —¿Crees que no sé lo que hacen tú y ese idiota cuando los Kim no estan en casa?

Tal vez Seungmin tenía razón, sí estaba en su contra. Y no es que dudara de él, después de todo siempre le tocaba convivir con la gente de servicio, escuchaba toda clase de cosas, pero no creyó que pudiera odiarlo tanto como para faltarle al respeto de esa forma. Al convivir todos los días con la señora Hwang podía comprender lo que era odiar a tus jefes, pero aún así, nunca había escuchado a nadie del servicio faltarle al respeto incluso a escondidas.

—¿Te molesta que hable mal del señorito Kim? —agregó el hombre cubriendo su boca como si estuviera sorprendido a manera de burla, Chan no se dio cuenta pero al escuchar la manera en que se había referido a Seungmin había comenzado a mirarlo mal.

El hombre estaba a punto de decir algo más cuando escucharon cómo se abrió la puerta trasera, un par de segundos después vieron a Seungmin y Hyunjin caminando por el césped en dirección a la cerca trasera, Seungmin le mostraba el bosque lejano mientras hablaba con él. Olvidó por un momento su situación y se concentró solo en mirarlos, notó cómo Hyunjin se veía mucho más relajado que cuando llegó y parecía tener la confianza necesaria para hablar sin parar como hacia con él.

Él siempre creyó que ambos jóvenes se llevarían bien, imaginaba poder presentarlos y llevar a ambos a su casa en el bosque una vez que terminara de repararla. Ver la imagen de esos dos riendo le ponía contento, pero algo dentro suyo aún se sentía mal, y es que él no era parte del cuadro como lo había imaginado.

-—Debe ser bastante molesto ver como te dejan a un lado —dijo el hombre llamando su atención de nuevo y volviendo su voz cada vez más tosca —Acostúmbrate, pronto ya no serás nada para él, vivirás el resto de tu vida como su chófer mientras ellos son felices en tu cara.

Chan volteó a mirarlo con algo de desinterés, su ceja levantada confundió al hombre.

—Debe tener experiencia en ello ¿cierto? —El rastro de una sonrisa asomó en el rostro de Chan cuando vio la expresión sorprendida del señor Choi, había dado en el clavo —Debió ser difícil ¿es por eso que odia tanto a Seungmin?, ¿Le recuerda lo que no puede tener?, ¿Lo que nunca sería suyo?

El Chico de las Margaritas | ChanMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora