𝓔𝓹í𝓵𝓸𝓰𝓸 - 𝓹𝓪𝓻𝓽𝓮 2

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—¿Qué hacen aquí? Pensé que pasarían San Valentín juntos.

—Hola, suegrito, nosotros también estamos bien.

—Bueno, ya, lo siento. Me alegro de verlos, pero no imaginaba su visita hoy específicamente.

—Es que pasó algo y tenemos que hablar con ustedes.

—¿Yo y quién más?— La puerta del cuarto de visitas se abrió, dejando entrar a una hermosa mujer madura —¿Qué mierda hace ella aquí?

—Conmigo no te enojes, Lix me dijo que era una emergencia.

—Exacto. Siéntate junto a papá— Ambos adultos lo miraron mal —No estoy de humor para sus peleas o reclamos. Hagan lo que les digo, y Hyunjin, ponte detrás de ellos, por si alguno se desmaya.

—¿Qué está ocurriendo? ¿Alguien se va a morir o qué?— El azabache le hizo una seña al mayor, diciéndole que esperara un poco.

Felix tomó asiento frente a los tres y colocó los exámenes médicos sobre la mesa —Estoy embarazado.

Taemin revisa muy detalladamente esos papeles, logra comprobar que no son falsos y luego se desmaya. Lily, en cambio, cerró los ojos con fuerza, sabía que las maldiciones y penas del infierno caerían sobre ella.

Deseaba escapar de la mirada penetrante de su hijo, la había cagado y ahora iba a perder a lo único que le quedaba.

Taemin despertó de golpe, releyó los papeles —¿Cómo es posible?

—Quizás mamá pueda explicarlo, ¿verdad, mami?

—Y-yo...

—Ni intentes mentir o inculpar a papá. Él está cambiando, no creo que él haya sido quien bloqueó mis expedientes médicos de antes de los diez después de haber llorado en nuestra boda.

Una pequeña recapitulación. Esperaron poco más de un año para casarse sin tener que preocuparse por la universidad, Hyunjin había hecho una mejor propuesta de matrimonio a Felix, como lo había prometido. En ese tiempo, Taemin colaboró para derribar el imperio que ni logró alzarse, además, por tener buen comportamiento le redujeron la sentencia a cinco años de cárcel y tres de arresto domiciliario.

Continuemos.

—A tus nueve te llevé al médico para un chequeo anual. Estabas bien, pero había algo raro con tus hormonas, el nivel era alto. Te hicieron más análisis y descubrieron que puedes tener hijos sin necesidad de tener una vagina, pero si tenías útero.

—Y simplemente lo ocultaste.

—¿Qué más podía hacer?— Estrelló las palmas contra la mesa —Los tiempos eran diferentes, ahora es normal ver una pareja gay con niños, en esos tiempos no, ¿cómo habría sido si esta situación estuviera pasando en aquellos tiempos? Sus vidas correrían peligro.

—¿Y por qué coño no dijiste nada cuando todo cambió? ¿Por qué no me dijiste que mi hijo puede quedar embarazado?

—Me odiabas porque te fui infiel y pensabas que Felix no era tu hijo, perdón que no hallara el momento indicado.

—¡No tenías derecho! Es mi hijo también, cuando lo comprometí con Changbin pensé que no quería hijos y que por eso le gustaban los hombres.

—Pero, papá— Niega mientras acaricia su vientre.

—Con respecto a lo del compromiso con Changbin, no me opuse porque sabía que no lo amabas, en ese caso no te acostarías con él y no tendrían hijos. O al menos usarían condones.

—Espere, espere, ¿usted sabía que no usábamos condón?— Aquí había algo raro, la única vez que usaron protección fue en su primera vez y Hyunjin se lo sacó a los segundos ¿cómo es que no lo embarazó en cinco años?

𝓔𝓷𝓽𝓻𝓮 𝓪𝓶𝓮𝓷𝓪𝔃𝓪𝓼 𝔂 𝓹𝓻𝓸𝓶𝓮𝓼𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora