𝓔𝓷𝓽𝓻𝓮 𝓪𝓶𝓮𝓷𝓪𝔃𝓪𝓼 𝔂 𝓹𝓻𝓸𝓶𝓮𝓼𝓪𝓼

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Changbin

—Lo siento mucho, cariño— Tomó las manos de su novio —Créeme que no quiero hacerlo, Innie.

El castaño soltó el agarre en una de sus manos y limpió las lágrimas salientes tanto suyas como del mayor.

—Lo sé, Binnie, lo sé.

—Te prometo. No. Te juro por nuestro amor que encontraré la solución, my Baby Bread.

El menor sonrió ante el apodo de su amado —Sé que lo intentarás, pero sabemos cómo es el padre de Lix...— Un viejo de mierda, si me lo preguntan.

—No me importa, encontraré la forma, cariño.

—...— Se mantuvo en silencio por unos segundos, manteniendo una bella y a la vez triste sonrisa —¿Y si no lo logras? Quiero mantenerme positivo, Binnie, pero no parece haber nada a nuestro favor.

—Por favor, Jeongin— Tomó su nuca delicadamente para así juntar sus labios en un beso tierno pero a la vez desesperado —Necesito que te mantengas positivo, te lo suplico— Junto su frente a la del castaño.

Jeongin miró los labios tiritones de su novio y luego sus ojos cristalizados —Me mantendré positivo, Binnie. Te voy a esperar el tiempo que sea necesario— Le dio un corto beso —Quizá esta pueda ser la última noche que voy a tenerte para mí en mucho tiempo.

—Entonces hagamos que lo valga.

—Tienes chupetones por todo el cuello

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—Tienes chupetones por todo el cuello.

—Lo sé, no tengo el maquillaje para cubrirlos.

—Y no lo necesitas— Changbin miró al pecoso pelinegro ponerse brillo labial —Deja que mi padre los vea, puede pensar lo que quiera. Al fin y al cabo, él solo dijo que debemos casarnos, no dijo nada sobre amantes en tu caso.

El mayor miró al australiano, sus ojos no demostraban nada, habían perdido la felicidad que siempre salía hasta por sus poros.

—¿Ya le dijiste?

—... No he tenido la ocasión. Ambos estamos siendo bombardeados con exámenes y trabajos. Cuando uno está libre el otro está ocupado. Esperaba que después de la cena pudiéramos hablar.

Changbin asintió. Ambos estaban muy nerviosos, la mayoría de veces que Hyunjin se mete una idea errónea en la cabeza se niega a escuchar las explicaciones, tenían la esperanza de que por ser Felix él los escuchara.

—Felix...— El mencionado hizo un sonido de que lo estaba escuchando —Ya sabemos que tu padre es un criminal, no me lo tomes a mal, pero ¿no has pensado en ir a la policía?

Felix estaba debatiendo si usar un collar que Hyunjin le había dado hace unos meses en Año Nuevo, pero sus pensamientos se vieron detenidos ante la pregunta del rubio.

—¿Estás loco? Es mi padre, no podría enviarlo a prisión— Changbin lo miró a sus ojos, ojos que expresaban todo lo contrario de sus palabras —Y si quieres seguir vivo, será mejor que no vuelvas a pensar en esa estupidez— Sus ojos se desviaron levemente hacia la puerta de su cuarto.

𝓔𝓷𝓽𝓻𝓮 𝓪𝓶𝓮𝓷𝓪𝔃𝓪𝓼 𝔂 𝓹𝓻𝓸𝓶𝓮𝓼𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora