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De nuevo regresaba a su enorme castillo después de un largo día de trabajo y aunque, cualquiera estuviera feliz de eso el no tenía ninguna razón para estarlo pues lo único que haría sería dormir. Desde que su esposa y su hija se fueron no ha estado bien, todos los días hacia el mismo tortuoso trabajo para llegar a un vacío hogar, todos estos meses había hecho una rutina y ahora se encontraba en la etapa de estar acostado en su grande  cama recordando los momentos felices con su familia, lo único que le quedaba: recuerdos. Y ahora se encontraba en la etapa de llorar silenciosamente, pensando que el había

Solo se permitía ser débil en la seguridad de su casa pero cuando tuviera que cruzar esas puertas todo estaría bien, él estaría bien.

Lucifer

Se sentía tan cómodo en esa cama, había dormido como nunca y al despertar sentía como unos brazos lo atraían a un cuerpo caliente. Pronto recordó todo lo sucedido la noche anterior y sus mejillas se pusieron más rojas de lo que ya eran, una parte de él estaba contenta porque aquel demonio siguiera ahí con él pues temia despertar solo como siempre pero otra parte, estaba totalmente avergonzado de todo lo que hizo; arrepentido no, solo avergonzado de haberce visto débil ante ese demonio radio.

Pero las cosas estaban hechas y ahora solo podía pensar en el presente. Se giro para voltear a ver a ese demonio y pudo verlo tan tranquilo durmiendo aunque dormía con una pequeña sonrisa en sus labios; si que era raro. Se quedó observando tanto tiempo que hasta a él le dio pena.
Se levantó para empezar a alistarse pues hoy tenía que dar una respuesta a el trato que había hecho con Alastor, si que había hecho de todo para mantenerlo cómodo en el hotel y lo logro.

Se miró en el espejo del baño y se le salió un grito pequeño; estaba lleno de marcas por todo su cuerpo. Paso sus dedos por la más notable: la de su cuello, al hacerlo sintió un leve ardor pero el enojo fue aún más aunque no hacía aquel pelirrojo si no hacía el porque se sentía como un ser marcado, como propiedad de alguien aunque a su vez esto le hizo sentirse deseado; si que necesitaba ayuda pensó para si mismo.
Por suerte su ropa cubría todas las marcas sin ningún problema, ahora solo se encontraba cepillando su suave cabello dándole su estilo elegante de siempre.

Al salir del baño pudo ver a Alastor acomodando su ajustada camisa y al verle ensanchó su típica sonaría.

-Buenos días Lucifer, ¿Durmió bien?

-Mmm si.

-Bajemos, le prepararé unos panqueques- No era un desayuno que a él le gustará pero al enano si y aún tenía que complacer al rey porque aún no daba su respuesta.

Alastor

Estaba preparando todo ágilmente en la cocina del hotel mientras  Lucifer lo veía desde la barra, aún no bajaba nadie y supuso que no quería estar solo.

Pero él si que quería estarlo, quería pensar todo lo que había hecho la noche anterior mientras se retorcía de la pena o lo que fuese que sentía, pero ahora solo podía actuar normal y tranquilo.

Sentía como cada movimiento y centímetro suyo era observado por esos grandes ojos y cuando no lo hacían era él el que veía atentamente cada facción, esa blanca piel, esos círculos peculiares pero bonitos de color rojo en sus mejillas y su cuello cubierto por una camisa y moño aunque, él sabía que debajo de eso había un montón de marcas suyas.

-¡Papá! Buenos días.

Ambos demonios dieron un pequeño brinco del susto por aquel energético saludo de Charlie.

-Buenos días hija.

-Buenos días querida, por favor vallan al comedor en un momento sirvo el desayuno.

-Claro Alastor.

-Hija, quisiera decirte algo; es sobre mi respuesta al-

-¡Aww! Papá por favor dilo cuando todos estén aqui-dijo emitiendo brillitos y felicidad.

-Bueno...

Ya todos se encontraban comiendo unos deliciosos panqueques con miel que a todos les había gustado. Lucifer incluso iba por su quinto platillo y Ángel le había dicho lo bueno que estaba a Alastor... el desayuno claro.

-Alastor- hablo Lucifer recibiendo la atención de este- Esto está ¡Increíblemente delicioso! Gracias.

Todos quedaron con la boca abierta, Ángel casi se atraganta pero Alastor solo agradeció y siguió comiendo aunque por dentro podría dar saltos de felicidad pero solo por dentro.

-Bueno bueno ya no puedo esperar más para decirlo así que, escuchen todos- obviamente todos prestaron atención a su rey y este habló - Sobre mi respuesta a la propuesta de ayer, quiero decir que todos demostraron la capacidad de hacer algo por este hotel en especial Alastor, a quien le agradezco por haber apoyado a Charlie en este tiempo. La respuesta es que lo hicieron bien, Charlie, podrás hablar con el cielo.

-¡Si! ¡Gracias papá!- se levantó de su lugar casi tirando las cosas para ir a abrazar a su padre, era de esos abrazos que tronaban los huesos del más bajo.

-Cariño, no sólo pienso hacer eso e irme, de nuevo - susurro lo último para si mismo- quiero que sepas y que no dudes en pedir mi ayuda en cualquier cosa que necesites, no importa si es limpiar los pisos de este hotel, yo te ayudaré. Pero no sólo estaré para la dueña de Hazbin Hotel, también estaré para Charlie Morningstar, mi hija.

-De nuevo gracias papá, no sabes como aprecio tus palabras y todo lo que estás haciendo. Todos aquí te lo agradecemos.

Todos miraban aquella escena con mucha ternura, NADIE ahí tenía relaciones sanas con su familia o simplemente ni siquiera las tenían.

-Oh Lucifer, claro que tendrá muchas cosas que hacer en este hotel, los empleados no están mal pero necesitan... como decirlo ¡Mejorar! mejorar más mucho más y que mejor persona para guiar a Charlie sobre el liderazgo que usted, el rey del infierno.

-¡Oye venado! Yo no necesito mejorar, tan solo pruébame y verás que soy perfecto- hablo Ángel con voz provocadora.

-Estoy de acuerdo, para servir bebidas no se necesita nada más de lo que ya hago- respondió el gato.

-Mmm tal vez tienes razón, tú Alastor, necesitas ser más amable.

-¿Disculpa? Yo soy muy amable, a mí me apodan Don Amable.

-Si si como sea, si necesitan un poco de ayuda. Hija, tengo algunas cosas que hacer, yo te aviso cuando regrese.

-¿Regresar?

-Si, tal vez me quedé a dormir de nuevo tal vez no, eso ya lo veremos luego. Adiós Cariño - le dio un beso en la frente a su hija- Hasta luego empleados.

Así termino ese desayuno y empezó una oportunidad.











Toma cariño, estos capítulos son mi regalo  de  San Valentín para tí 🤎.

El amor es complicado (RadioApple)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora