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Lucifer

Si tenía cosas que hacer pero en lugar de eso estaba en la tina de mi baño perdiendo el tiempo, relajándome con el agua caliente.

Este era el escenario perfecto para pensar todo lo que había hecho con mucha calma y detenimiento. Primero, se había puesto a llorar como un niño enfrente de Alastor llegando incluso al punto de hacerse bolita en el piso; había perdido la dignidad ahí por lo que sería bueno regresar después para recuperarla. Luego de seguro por andar dando lastima fue por lo que ese demonio lo llevo a su habitación.

Recargo la cabeza en una toalla que estaba en la orilla de la tina y puso su mano en su frente para mostrar su evidente pena.

-Puta madre...

En segundo lugar, le había encantado estar entre los brazos de ese puto demonio, le había encantado todas esas atenciones en su cuerpo, esas mordidas... Estaba recordando con sumo detalle hasta la última gota de saliba que había quedado en su cuerpo.

Sin darse cuenta ya estaba a punto de babear de tan solo recordar tan calientes escenas y no solo eso, si no, también se había puesto un poco duro.

-Puta madre- dijo de manera cansada pensando que estaría bien hacer en este momento- ¿Podría...?

Deslizó la mano de su cara hasta su pene y empezó a dar leves caricias, aunque no era suficiente por lo que cerró sus ojos y trajo de vuelta esos pensamientos. Recordó como aquellas grandes manos lo recorrían y de la misma manera lo hizo con su mano libre, se paseaba por su pecho y cuello hasta terminar apretando sus pezones; poniendolos duros, al mismo tiempo que la mano en su pene dejaba a un lado las simples caricias y empezaba a envolverlo completamente con su mano y hacer movimientos de arriba hacia abajo.

-Ah~ - soltaba leves gemidos de placer con cada movimiento que el solo se hacia.

En tercer lugar, lo detuvo probablemente en la mejor parte; cuando empezaba a meter unos dedos en su interior. No iba a negar que ese simple acto lo había hecho calentarse aún más y casi mojarse como una puta pero, era algo nuevo para él y no estaba seguro de hacerlo así además de que el tenía esposa... ¿Verdad?

Si era verdad que hace 7 años no la veía y ni siquiera sabía porque se había ido pero, esto era el infierno y el era el maldito gobernador así que podía hacer lo que quisiera. Una vez "libre de culpa" siguió con lo que hacía pero ahora pasando la mano que estaba en su miembro a su entrada, paseaba sus dedos de forma suave y alzó sus piernas para tener más acceso.
Empezaba a temblar de placer y eso lo impulso a meter de golpe un dedo, realmente no había provocado nada más que una leve sensación de incomodidad en si esa acción.

-Jaja - comenzó a reír un poco pensando la razón por la que estaba haciendo todo eso- Jodete Alastor.

Metió un segundo dedo en si, está vez fue un poco más difícil pero para no pensar en la creciente incomodidad mejor decidió imaginar que era ese demonio pelirrojo quien metía esos dedos en el y vaya que funcionó, empezó a soltar más jadeos de placer.

Los dedos en su interior entraban y salían de manera lenta empezando a sentir como cada vez estaba más "flojo". Todas esas atenciones que se estaba dando así mismo lo tenían al límite, podía sentir como su verga goteaba el presemen por la punta.

Aumento el ritmo y fuerza de sus movimientos y la mano que presionaba sus pezones fue hacia su miembro para volver a masturbarse ya que no resistía ni un segundo más; y si que funcionó, solo pasaron unos pocos minutos más para que pudiera venirse y una vez sintió el orgasmo soltó un último gemido.
Se quedó disfrutando de la gran sensación de correrse unos segundos más y después saco los dedos de su interior sintiendo se vacío.

El ya no estaba tan limpio y el agua tampoco estaba tan caliente como al inicio, volvió a abrir la llave del agua caliente para darse un baño ahora si bien.

-Jajaja... eso estuvo bueno- dio un último suspiro para terminar su baño.

....

Ya se encontraba totalmente cambiado con su elegante traje, estaba totalmente ocupado con las obligaciones de ser el mayor gobernante y demonio del infierno y más aún por faltar un día. Día que había aprovechado muy bien en ese hotel.

Pero aún con todas esos pendientes seguía pensando en cierto demonio pelirrojo, no sólo se había masturbado en su bañó si no que había decidido algo sumamente importante: volvería a tener otro encuentro con Alastor y está vez llegarían hasta el final.

Pensaba que si el solo se pudo poner como se puso con sus propias manos el hacerlo con el contrario sería como regresar al cielo. El como lo haría ya lo tenía planeado, simplemente se lo pediría y ya; no era como que el pelirrojo le fuese a decir que no a su rey. Así se listo todo lo único que faltaba era volver al hotel, su única preocupación por la enorme e inusual cantidad de trabajo que tenía; aveces ser el rey no significaba poder dejar todo tu trabajo de lado y hacer lo que quisieses porque si de seguro el hiciera eso el infierno sería un peor lugar de lo que ya era.

Solo se abstuvo a terminar todo su trabajo lo más antes posible para así hacer lo que tenía pensado, aunque debía decir que ese pensamiento de su parte lo hacía sonar como toda una puta.

El amor es complicado (RadioApple)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora