With My V4lentine Week ~ Snucius

Hilo rojo

La famosa leyenda del hilo rojo, tu meñique atado al de tu alma gemela por un hilo del color de la sangre y la pasión, un hilo capaz de tensarse y enredarse pero no de romperse, todos tenian la habilidad para ver los hilos propios, pero él podía ver los de los demás, también tocarlos y saber aproximadamente que tan lejos estaba la otra punta, solo sentía en que parte del globo estaba, continente, pais, ciudad, todo eso, incluso el nombre de la otra persona, para su mala suerte no podia saber donde estaba el suyo, nisiquiera podia verlo, era una jugada horrible del destino.

Su familia sabia de su habilidad, y agendaban reuniones para él, para que "ayudara a los pobres desafortunados que solo querían encontrar al amor de su vida", pero el sabia que su familia solo lo hacía para cobrar cantidades absurdas de dinero por su servicio, gracias a su extraña maldición (aunque Tobias insista el nunca lo llamaría un don) su familia ahora era la más rica de todo grampian, aunque a él le parecia estupido, desde antes de su nacimiento ya eran millonarios ¿Para que más dinero?

La codicia de su familia le habia quitado su infancia, solo conocía las paredes de la mansión Prince, jamas habia salido más allá del jardín, nunca habia ido a la escuela, nunca habia jugado con otros niños, a sus 21 años aún no habia ido al pueblo, solo queria irse, pero su padre lo atraparía antes de tan siquiera llegar a la puerta de entrada, era un doncel atrapado en una jaula de oro.

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Estaba sentado en su "oficina" sabía que más allá de la puerta había una larga fila de personas esperando, estaba aburrido, solo queria ir a su pequeño cuarto a dormir, estaba mentalmente cansado, su padre sabia que luego de 5 hilos comenzaban los mareos y pasando la linea de los 20 venian los dolores de cabeza, pero no podia importarle menos, siendo ya medio día habia revisado más de 40 hilos, y aún faltaban al menos 50 antes de que su padre le permitiera retirarse.

Las horas pasaban lentamente, un Andres González de Atahona Uruguay por aquí, una Ryuka Kawasaki de kirikkale Turquía por allá, incluso un Martín Awanya de Niamey Nigeria, que a decir verdad le sorprendía, nunca habia visto uno del continente africano, el chico estaba muy feliz de poder encontrar finalmente a su alma gemela, sus padres blancos, rubios y de ojos azules no lo estaban tanto.

Creyó que sería lo más destacable de su día, hasta que su padre lo detuvo antes de que pudiera ir a su cuarto luego de la cena.

-Mañana viene una familia importante, los Malfoy quieren que revises el hilo de su heredero, pagaron mucho dinero para que pospusiera el resto de citas, no vayas a hacer nada estupido, estas advertido severus.

Su madre solo bajo la cabeza, los Malfoy eran una familia con una gran influencia, tenían más dinero que ellos, mucho más, unas 25 veces más, entendía perfectamente porque su padre le estaba dando esa advertencia, ofenderlos sería cavar su propia tumba, nisiquiera su habilidad unica podria salvaguardarlos de su ira, se limitó a asentir y retirarse, con el extraño sentimiento de que algo grande estaba por pasarle.

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Se habia puesto su mejor ropa por ordenes de su padre, su traje negro acentuaba su figura y le daba un aire más serio que de costumbre, su cabello en una coleta baja era el toque perfecto para complementar su imagen, se veia perfecto.

Camino orgullosamente a su oficina cuidadosamente ordenada, se sentó con el mayor cuidado posible para no arruinar su ropa y se dedicó a esperar a sus invitados, no había desayunado para estar listo muy temprano y no arruinar su traje por accidente, estaba acostumbrado a la sensación de vacio, despues de todo, tiempo para almorzar era dinero perdido según Tobias.