V.

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2008. Octubre

Las semanas pasaban de una forma cada vez más complejas, Mary siempre me apoyaba y me ayudaba. Pero aquí, frente al hospital me sentía tan hundida. Es jueves, así que Alain está con la escuela y Mary está con Asher, le dije que saldría a realizar algunas cosas, pero los resultados de los exámenes no me animaban a regresar a casa.

Caminé de vuelta y en el transcurso pensé en cómo decirle a mi Mary lo que estaba ocurriendo; no quería que sintiera que nos quedábamos sin tiempo, ni que pensara que habría alguna esperanza cuando la verdad es que no la hay. El hospital no estaba lejos de nuestra casa, pero no pensé que llegaría tan pronto.

Me paré frente a la entrada, expectante de qué decir, tomé aire y estaba a punto de abrir la puerta cuando una dulce voz detrás de mí me asusta, pero a la vez calma mis nervios. Al voltearme veo a Mary cargando al pequeño Asher, que llevaba entre sus manitas un pequeño limón. Como si supiera que algo pasaba me sonríe y me dice que entremos a comer unas galletas de vainilla. Eso fue todo lo que necesité para que mis ojos se llenen de lágrimas.

Te veré en la Estrella junto a la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora