La historia de Noelia es una de muchas que se podrían contar sobre situaciones así. La violencia de género es la muerte de mujeres a manos de sus maridos, son los puñetazos, las quemaduras y los insultos. Son los llantos y los gritos, las expectativas destruidas y los huesos rotos.
Pero también lo es controlar con quién habla por el móvil, cómo va vestida, con quién se junta y con quién no. Lo son los detalles en comentarios, gestos, expresiones faciales y amenazas que, de manera implícita, van creciendo poco a poco hasta que no hay vuelta atrás.
Pensar en el "sexo débil" como concepto válido para describir seres humanos promueve estos comportamientos. También lo hace la división por roles de género, las clasificaciones sociales y la visión de los cuerpos no normativos como algo negativo o repudiable.
La libertad tanto verbal como personal de la mujer debe ser un derecho y no un privilegio. ¿Cómo es que un hombre puede ser borde y considerarse macho, pero una mujer borde se considera maleducada? Los propios valores que se transmiten con esos detalles no hacen más que convertir hombres buenos en animales. La exposición a esas conductas es lo que favorece su reiteración. No son los hombres, son sus ideas. Se extienden tanto que acaban tomándose como lo correcto por muchos desinformados.
La violencia de género puede entenderse de muchos modos. En estas páginas solo he descrito los más evidentes. El machismo, que todavía existe y está presente en la sociedad, es una causa directa. Este problema no afecta solo a las víctimas, afecta a todas las mujeres que podrían convertirse en una si la sociedad no se conciencia.
He vivido de cerca dos experiencias de este tipo, en una de ellas con devastadoras consecuencias psicológicas, aunque no físicas. No es necesario ver un moretón en el ojo para saber que la sumisión y complacencia absoluta de una persona hacia su pareja puede esconder maltrato.
La mayoría de estas mujeres viven con miedo, sin saber si lo que les pasa es un problema, sin saber a quién pedir ayuda. No estáis solas. Contad con vuestras amigas, vuestra familia, vuestros amigos y compañeras de clase, o de universidad, o de trabajo. Contad con vuestros hermanos y hermanas, con las psicólogas y los psicólogos, médicos y abogados/as.
Pedir ayuda es muy difícil, muchas veces es tan tarde que incluso puede llegar a traer peores consecuencias, pero nunca es tarde para aquellos que lo vemos desde fuera y que podemos escuchar. Podemos apoyar. Podemos intervenir. Ser conscientes de nuestras limitaciones y que por querer hacer de más podemos terminar dañando la relación. Respetar los tiempos de las víctimas, sus necesidades.
Ellas viven cada día encerradas en un espacio peligroso, qué menos que ofrecerles ese lugar seguro cuando lo busquen.
Los cambios requieren de tiempo. Noelia tarda más de una década en recuperarse del trauma del accidente de coche, y aún al final de su vida no termina de sanar del todo.
El tiempo ayuda a aliviar la carga del sufrimiento, pero se necesitan más procesos hasta poder curarse.
Ojalá esta historia ayude a quienes lo viven a entenderse mejor.
Este es mi regalo hacia vosotras, las chicas que seguís sufriendo cada día por la violencia de género. Os traigo esta rosa al corazón para que nunca, nadie, os olvide.
En honor a las víctimas.
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La chica de las mariposas
Non-Fiction✨LISTA DE GANADORES DE LOS PREMIOS AMBYS 2024✨ ✨GANADORA PRIMERA Y SEGUNDA RONDA DEL ONC 2024✨ Noelia es una víctima. Desde el accidente de coche no ha vuelto a ser la misma. Ir en silla de ruedas a todas partes es un sufrimiento, pero más lo es rem...