Prólogo.

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En Scretches reinaba una tranquilidad casi asfixiante, pero totalmente típica de la pequeña ciudad. El sol estaba siendo tapado por nubes grises y el ambiente se sentía pesado, en fin, era un miércoles más en este lugar. Las personas salían de sus trabajos para ir a almorzar a sus casas, había largas colas de autos y mucha gente caminando por las calles cuando el grito sonó.

Fue como una alarma que anunciaba muerte, o quizás para algunos fue la alarma de lo emocionante, ya que Scretches no era un pueblo para nada divertido o con algo emocionante, era un pueblo gris donde la gente trabajaba para tener algo que hacer. La falta de lo emocionante se dio a notar cuando las personas, en vez de refugiarse por el grito, salieron de las casas y trabajos para ver que sucedía, para ver como un monstruo de inmensas proporciones se tragaba de un bocado a una mujer.

Las personas se quedaron estáticas, esperando algún movimiento del ser frente al parlamento. Era gigante, tres metros quizás, con grandes y fuertes escamas cubriendo su pesado cuerpo, tenía unas patas grandes y pesadas que sonaban con cada paso o movimiento que daba, de su boca caían las gotas de sangre de la mujer que había devorado, sus gigantes dientes yacían manchados con la misma sangre. Era monstruoso. Era una pesadilla.

De un segundo a otro todos los gritos comenzaron a sonar y la gente comenzó a dispersarse en la búsqueda por un lugar seguro. Los gritos fueron seguidos por el rugido de otros monstruos que salían con lentitud del parlamento. El pánico y el caos se habían hecho presentes de un segundo a otro, y mientras el tiempo pasaba más monstruos llenaban las calles y mataban todo lo que se encontraba en su camino. El aire estaba lleno de incógnitas, de muerte y de miedo, principalmente miedo. Podrías decir "yo iría a un refugio, buscaría a mi familia y bla bla bla", pero cuando el miedo te domina, es él el que te controla. Si alguna vez tuviste un plan para cuando ocurriera un apocalipsis, te aseguro que no lo podrás seguir.

Los gritos cesaron y las calles quedaron vacías, a excepción de algunos cuerpos muertos y de los asquerosos monstruos que ahora dominaban el lugar. Nadie se esperaba lo que vendría después, nadie se esperaba que los monstruos pudieran cambiar su forma a una completamente humana, y cuando las personas comenzaron a abrir la puerta a personas "desamparadas" y que más tarde descubrieron que esas personas no eran personas y que habían asegurado su muerte, todos se sintieron más inseguros.

¿Cómo te sentirías si no puedes confiar en nadie? ¿Y si no puedes confiar en ti mismo? Estás en la apocalipsis, son todos monstruos, o quizás no, ¿cómo sabes quién lo es y quién no? No lo puedes saber, estás rodeado de muerte y no sabes a quién tienes a tu alrededor, ¿qué haces?

En este momento ya nadie sabía qué hacer, ¿matarías a tus propios familiares solo por tu seguridad? El pánico crecía, crecía cada segundo y cuando una voz llenó las calles poco a poco nadie sabía que pensar.

─ ¿Cómo los llamarías?─ era una voz que casi influía calma en estos momentos─ Yo opino que tienen cara de Scrawtons, porque sabes, vivimos en Scretches...

─ ¿Piensas en el nombre de los monstruos en un momento como este?─ dijo la voz de un hombre ahora, se escuchó un bajo asentimiento de parte de la chica─ Entonces, ¿te unirás a la Alianza?

─ ¿Me garantizan seguridad?

─ ¡Vamos! Decídete de una buena vez o te dejaremos aquí en la calle para que te coman─ dijo ahora otra voz de chica, sonaba más ruda y fuerte.

─Vale vale... Me uniré.

─Bienvenida a la Alianza.


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