5. Ig

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—¡¿QUÉ, QUÉ?! —el gritó conjunto de Fermín y  Ansu causó que Pablo se cubriera las orejas con las manos. 

—Callaos, gilipollas —los silenció debido a que la mitad de la cafetería de la universidad se giro a mirarlos, por lo que el menor se disculpo.

Les había contado de su cita no cita con Pedro el día anterior, la reacción de sus amigos fue la cosa más vergonzosa que pudo experimentar en su corta vida, ya que los tres estaban sentados en la mesa del medio de la cafetería de la universidad.

 —¿Así qué fue una cit-

—¿Os besasteis?  —interrumpió Ansu al rubio que frunció el ceño ante la imprudencia de no dejarlo hablar del moreno.

— Ansu, no puedes preguntarle eso —le reprendió.

—¿Por qué?

Fermín rodó los ojos cansado y soltó un suspiro exagerado. 

— Porque esa es la privacidad de Gavi —señaló obvio.

—Sólo salimos como amigos...—musitó el menor siendo olímpicamente ignorado. 

—¿Estamos hablando del mismo Gavi? ¿Él que siempre nos ha contado todo lo que hace? —preguntó sarcástico.

— Fue bonito...—vaya que estaba siendo ignorado al hablar tan bajo.

—Vale...—bufó rodando los ojos — Pero y si está vez no le apetece.

— También, algunas veces es muy bipolar.

—Si, adem-

—¡QUE SÓLO SALIMOS COMO AMIGOS! —gritó golpeando la mesa causando que todos los presentes se giraran a verlos, retiro la mano de la mesa y la dejó sobre su muslo bajando a la par la mirada con los mofletes rojos.

Fermín le dio un pequeño codazo a Ansu para que no se riera porque generalmente a Pablo le daba muchísima pena ser el centro de atención por lo que gritar en público no era en esencia su actividad favorita, costandole así un mundo llamar la atención de los demás o siquiera de levantar la mano en clase.

 — Ya, que Ansu solo lo deci- 

En definitiva hoy era el día de interrumpir al pobrecillo de Fermín.

—¿O sea no hubo beso?

—No, Ansu...—afirmó suspirando.

— Es bueno que se-

—¿Pero al menos intercambiasteis números?

—¡Pero dejadme hablar coño! —se quejó Fermín de brazos cruzados haciendo pucheros que en lugar de parecer enojado parecía un pequeño niño.

—¿Has escuchado algo Gavi? —el rubio profirió un ruido bastante ofendido. 

Los otros dos rieron al ver a su amigo de esa forma.

— Gilipollas —bufó cogiendo su mochila y levantándose para ir a su siguiente clase que curiosamente compartía con Pablo ese día —¿Nos vamos Gav? —cuestionó sin despedirse de Fati y caminando en dirección a la salida del lugar. 

El menor sonrió leve mientras imitaba la acción de su mejor amigo, se despidió de Ansu ya que este tendría otra clase prometiendo que le contaría con detalle todo más tarde y así se alejo para caminar a la par del rubio.

—¡ESE CULAZO FERMÍN!  —gritó con una sonrisa divertida el moreno recibiendo como respuesta que el rubio le enseñara el dedo medio ofendido sin girarse a mirar causando la risa del menor.

Poesía eres tú... [Gadri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora