—¿A dónde vamos?— Amei preguntó siguiendo a Satoru.
—A la escuela— Él indicó mientras la tomaba de la mano, usaría su técnica de teletransportación —Quiero presentarte a alguien— Dijo sonriendo suavemente, como si intentará tranquilizarla previamente a él seguido suceso.
De un momento a otro ya se encontraban en esta, la menor quedó perpleja al rápido cambio de escenario frente a ella, un poco mareada por como sus ojos veían colores y cosas diferentes de la nada, y con la vista un poco borrosa trataba de enfocar sus ojos en su entorno, sintió la forma en que sus piernas flaquearon por la inercia de su situación, posó sus mano en su cabeza por los mareos mientras Satoru, al notar su malestar, la sostenía por la cintura para que no cayera.
—¿Cómo?— Murmuró cuestionante, viéndolo de reojo al desconocer los motivos de aquel cambio repentino de ubicación.
—Tengo mis trucos— tenía un tono de picardía en su voz, Amei se enderezó con la ayuda de su prometido, acomodando su vestido algo desarreglado por su conmoción.
—¿A quién vamos a ver?
—Solo sígueme— Comenzó a caminar con ella detrás de él con un asentimiento ante la indicación de su futura pareja, sabía que si fuera algo de lo que preocuparse el se lo habría dicho, por lo que caminaba con tranquilidad acercándose a su lado.
Estaban entrando a los dormitorios mientras la joven no dejaba de preguntarse a quien le presentaría, si bien tenía miedo de no verse presentable para esa persona, trató de relajarse, pero sus pensamientos se invadían de malas impresiones por su ropa aquel día, esta vez no llevaba ropa muy formal, tenía un pantalón de mezclilla con un suéter gris y una gabardina beige encima, él le había dicho que era algo casual, pero le presentaría a alguien y eso no le parecía casual, a impresionante de Amei era importante, conocer a una persona a modo de presentación debía ser algo un poco más formal, de otra forma no tendría sentido tomarse el tiempo de hacerlo.
—Satoru, dime a quien vamos a ver, por favor— Esbozó con nerviosismo, quería estar lista para saber que hacer o decir frente a aquel sujeto tan misterioso para ella.
—Vamos, solo sígueme— Insistió con un toque tranquilizador tomándola de la mano para llevarla hacia la sala común de aquel silencioso lugar, caminaban a un paso lento, no había más sonido que el de los pájaros canturreando entre los arboles fuera de ahí por el hecho de que aún era muy temprano.
Amei suspiró acomodando un poco los mechones de su cabello con su mano libre, al entrar a aquella sala cerrada Satoru señaló con su dedo índice hacia al frente y sonrió, era su forma de indicar que debía ver hacia allá, ella supuso rápidamente lo que era. La menor vió en aquella dirección aún nerviosa por la procedencia de la persona que conocería, aunque no esperaba ver a un niño que parecía no tener más de 7 años sentado en un sofá mientras veía el televisor sin expresión alguna, en ese momento no supo cómo reaccionar ni que pensar sobre la edad de el pequeño, así que se limitó a observarlo un poco ignorando el hecho de que su prometido la guiaba hacia el infante abrazándola sobre su hombro; un niño alto aparentemente molesto por algo, o eso era lo que su rostro expresaba, cabello negro cual obsidiana, pero con destellos azulados que le daban un brillo natural, ojos de tonos azul y verde a la vez, lo que más destacaba era la forma peculiar en la que estaba peinado haciendo recordar a Amei a un pequeño erizo, tenía ropa abrigada por el frío clima de invierno en el ambiente exterior.
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➟ 𝑾𝒊𝒇𝒆 | 𝘚𝘢𝘵𝘰𝘳𝘶 𝘹 𝘖𝘤 |
Fiksi Penggemarִֶָ 𝐿𝑜 𝑠𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑆𝑎𝑡𝑜𝑟𝑢... 𝑝𝑜𝑟 ℎ𝑎𝑏𝑒𝑟𝑡𝑒 ℎ𝑒𝑐ℎ𝑜 𝑡𝑜𝑚𝑎𝑟 𝑙𝑎 𝑑𝑒𝑠𝑖𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑒𝑔𝑜𝑖̄𝑠𝑡𝑎 𝑑𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟 𝑐𝑜𝑛𝑚𝑖𝑔𝑜, 𝑝𝑜𝑟 𝑒𝑙 ℎ𝑒𝑐ℎ𝑜 𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑚𝑎́𝑠 𝑡𝑒 ℎ𝑎𝑦𝑎𝑛 ...