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Briana tumba a Aimar, este se acuesta y abre sus ojos ─Hay que pre…. ─no pudo terminar briana se había penetrado con su pene ─Mierda.

Briana poco a poco va perdiendo la cordura, sus instintos se están tomando todo de ella, solo quiere tener esos pedazos de carne dentro de ella, lo necesita, lo anhela.

Comienza a moverse, poco a poco, todo ese falo entra a ella, mientras iba bajando se había venido otra vez, haciendo que todo sea más fácil.

Agarra el muslo del mayor, haciendo que el falo de este, esté frente a ella, sin pensarlo mucho lo toma con sus mano y juega con el, succiona, lame haciendo que el mayor jadeara, gruña por tal estimulación.

Aimar pone sus manos en ese senos que le encanta, como rebotando mientras que su pene está siendo suprimido tan ricamente.

Briana saca el pene que tiene en su boca ─Penetrame ahora… ahora ─exige llena de deseo.

Los gemelos abre sus ojos en grande, Aiker negro ─Hay que prepárate…

─Yo… no sé… pero siente que puedo aceptarlo así, por favor, los necesito dentro de mí ─suplico Briana.

Aiker se coloca detrás de ella, con sus dedos juega con su parte trasera, dándose cuenta que está dilatadas, listo para tomarla, mira sorprendido a su hermano menor quien confirma.

Alinea su miembro, aprieta sus diente está muy apretado,  los tres jadean, Briana necesita moverse, necesita que estos dos estén dentro por completo en ella, cuando ya están ella comienza a moverse. No hubo juego previos. solo un deseo salvaje de ser poseída por ellos, odia las cosas muy clichés, así que no le importa, su entrada está muy excitada así que a la mierda con ser delicada.

Sus senos Salta, los gemelos la tiene agarrada por la cintura, haciendo que cada vez más sus penes entre más y sean apretados como nunca antes.

La cordura de los gemelos se terminó de rompe, está mujer no es para tener sexo vinilla, a ella le gusta rudo, Aiker sostiene los senos de ella,  la penetra con fuerza, Aimer juega con el clítoris de ella mientras la sigue penetrado, el y su hermano mayor construyeron un ritmo adecuado, los tres se pierde en su deseo.

Ignorando lo que sus subordinados están haciendo.

Muchos guerreros y sirvientes tienen la cara teñida, los gritos y gruñidos se escuchan bien alto, pero nadie juzgará o dirá nada, todos respetan a los emperadores y más a la señorita Briana una mujer que ha salido hacia delante.

─Yo gané… ─gritó un guerrero real.

─Aún no.. tu apostaste que la Srta Briana sería emperatriz. ─dijo otro guerrero real.

─¿Quieres subir la apuesta?

─Trato hecho.

Los monarcas no sabían que su vida privada estaba haciendo rico a sus subordinados.

Mi Asistente +18(Saga AgenciaIntergaláctica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora