Chapitre un

114 20 5
                                    

Premier pétale tombé

La vida nunca es fácil, mucho menos el amor, tú te veías tan libre con los demás, mientras que yo estaba encerrado en una jaula de oro impuesta por mi padre y mis hermanos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La vida nunca es fácil, mucho menos el amor, tú te veías tan libre con los demás, mientras que yo estaba encerrado en una jaula de oro impuesta por mi padre y mis hermanos. De verdad que yo lo amaba,  por primera vez no confundía la alegría de vivir con la amenaza y adrenalina del estatus.

En aquel instante, solo existían fragmentos de papel y las huellas de tinta que los adornaban. Me cuestiono, si mi esencia fuera otra, ¿podríamos entrelazar nuestros destinos?

El día de hoy mi padre me ordenó que fuera a supervisar el trabajo que hacías tú y los demás, no puedo negar que quizás ese fue el primer pecado que cometí, enamorarme de un ángel tan "corriente" como tú...

A pesar de ello, tu semblante no reflejaba diversión, ni aprecio por mi acercamiento. Las palabras que pronunciaste, ¿son acaso el espejo de tus pensamientos sobre mí?

.
.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

.
.

Luzbel, el hijo perfecto y líder de los ángeles de la luz, deslumbraba con su belleza. Sus cabellos rubios y ojos azulados como los ríos creados por su padre, lo convertían en un ser encantador. Mientras volaba sobre la Tierra en sus deberes divinos, sus ojos se posaron en Alastor. Un ángel "común" como solía decir su padre, Dios adoraba a todas sus creaciones, pero no podía negar que su hijo menor se había convertido es su favorito.
En aquel breve momento de consuelo, Luzbel sintió cómo un hilo invisible de conexión se tejía entre él y Alastor. La ignorancia de Alastor sobre la identidad celestial de Luzbel añadió una pureza inesperada a su encuentro, permitiendo que Luzbel se sumergiera en un mar de emociones desconocidas, al descubrir un lazo inesperado con Alastor.

La esencia de Alastor quedó impresa en la memoria de Luzbel: el calor de su abrazo, el resplandor de su mirada, la resonancia de su voz. Anhelaba reencontrarse con él, conversar, establecer contacto, sentir su presencia. Pero era consciente de las barreras que los separaban; Alastor era un ángel distinto, un ángel exterminador, un espíritu destinado a la soledad.

Les notes de mon coeur. [RADIOAPPLE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora