Capitulo 8

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Brenda abre la puerta solo para que pueda ver la figura de Alexander allí.

—Buenos días Brenda, buen día Anneliese —sonríe fijando su vista en la mía.

—Buen día jefe —le responde Brenda—. Por favor pasa —le muestra el camino hasta la sala.

—Buenos días Alexander —le respondo a su saludo.

—¿Cómo estás?

—Bien, un poco de resaca, es todo.

Él dibuja una sonrisa y después saca de entre su saco una pequeña bolsita.

—Ten, he traído algunas medicinas para ti —se encamina hasta mi para dejarlos en mis manos—. Espero sean de ayuda.

Brenda me hace gestos desde donde se encuentra.

—No debiste molestarte en venir hasta aquí con esto.

—No es molestia —se mete las manos a los bolsillos me gustaría compensar mi mal actuar de la noche anterior, no he dado una buena impresión de mi forma de ser.

—No es necesario Alexander, ayer fue un caos todo.

—Me preguntaba..., ¿si te gustaría ir a almorzar conmigo?

Aprieto los labios y niego.

—No puedo lo siento, tengo trabajo por hacer con los niños.

—Entonces, ¿Qué tal si vamos a cenar?

Suspiro.

—Alexander...

—Una cena a modo de disculpa ¿Qué dices? —insiste—. Prometo que no será mucho tiempo.

Brenda asiente desde donde me encuentro.

—Está bien, una cena.

Él me regresa una sonrisa y el timbre suena de nuevo, esta vez soy yo quien decide acercarse a la puerta para abrirla y encontrar a Stavros parado a un lado.

—Buenos días Anneliese, estaba preocupado porque no contestabas las llamadas, así que he venido a...

Su vista pronto se fija a mis espaldas, Stavros ha visto la figura de Alexander y solo agacha su cabeza.

—He venido a traer esto —me entrega un paquete—. Es de tu sabor favorito, gelato de pera.

El corazón se me aprieta.

—Sinceramente he venido para ofrecerte mis disculpas por lo de anoche, pero veo que se me han adelantado.

—Gracias por disculparte Stavros, y gracias por traer el gelato, lo disfrutare.

Él me regresa una sonrisa.

—Si necesitas algo no dudes en pedírmelo, estoy a un paso de ti —me guiña un ojo.

Me sentía fatal porque ahora estuviera envuelta en aquella penosa situación, era como esos programas que ve a menudo Brenda de su serie favorita.

—Gracias por venir —le respondo y él se aleja de la entrada.

Cierro la puerta a mis espaldas y me encamino de regreso a la sala junto a Brenda y Alexander.

—¿Qué quería Stavros? —pregunta mi amiga.

—Ha venido a traer esto a modo de disculpa —meneo el paquete en mis manos.

—¿Qué es eso? ¿Helado? —pregunta curioso Alexander

—Gelato —respondo.

—Oh olvidaba tus gustos por el gelato de pera —dice Brenda—. Peo ninguno le queda como el suyo, deberías probar un día de estos su gelato Alexander, esta para chuparse los dedos.

Guardián Oscuro (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora