Semana Borusara 2024 🔩🥗

DÍA 5. TU SONRISA ES TAMBIÉN ALGO QUE DEBO PROTEGER

Atardecer|Sonrisa|Proteger

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Después del ataque de Mitsuki, Boruto decide volver a la aldea solo para poder ver de nuevo a la princesa Uchiha.
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Mitsuki lo había atacado en medio de su conversación con Sarada, eso sí lo molestó un poco, pero bueno, no había nada más que hacer al respecto.

A no ser...

A no ser que se infiltre en la aldea, de nuevo, asegurándose de que nadie lo detecte y se escabulla hasta la ventana de la habitación de la princesa Uchiha.

Tal y como estaba haciendo ahora mismo.

El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte cuando ocultó su chakra y pasó las murallas que rodeaban la aldea, saltó por los tejados siguiendo el camino que recordaba que llevaba hasta la residencia de los Uchiha.

Una vez que estuvo fuera de la casa saltó discretamente hasta la ventana que recordaba que era la de ella.

Golpeó un par de veces el cristal y esperó, no pasó más de cinco segundos cuando las cortinas se movieron y dejaron ver a la persona que estuvo buscando.

La ventana que los separaba se abrió.

-¿Boruto?- parecía sorprendida, ciertamente no esperaba volverlo a ver tan pronto.

-El mismo- la saludó levemente- ¿Puedo entrar?- Sarada pareció salir de su estupor y asintió enseguida.

-Por supuesto- abrió la ventana de par en par y se hizo a un lado- entra, sería un problema si alguien te ve-

-Cierto- entró a su habitación y vio cuanto había cambiado.

-¿Qué sucedió con Mitsuki?- sabía que últimamente Mitsuki era muy impulsivo y por ende peligroso.

-Él y yo tuvimos una pequeña charla, e intercambiamos unos cuantos golpes- murmuró recordando lo que había pasado hace unas horas.

-Lo lamento, él y nadie han sido los mismos desde.. Bueno, ya sabes...- suspiró cansada- ¿Algún día esto terminará? ¿Volveremos a como éramos antes? ¿Ellos... Podrán recordarte en algún momento?- la idea de que nada vuelva a como era antes la hacía estremecerse, no creía poder soportarlo por más tiempo, además, estaba el riesgo inminente de que asesinen a Boruto por su supuesta traición.

-Vamos, no te desanimes- la golpeó con el codo en el costado de forma amistosa al ver sus lúgubres pensamientos- ya veremos que podemos hacer con eso cuando llegue el momento, pero una cosa a la vez-

-Pero y si ellos te...- no quería terminar la oración.

-¿Me matan?- lo dijo tan fácil que hasta la molestó.

-No lo digas así- lo regañó.

-No tienes que preocuparte por eso, puedo cuidarme muy bien, no se desharán tan fácil de mí- le aseguró con su tono confiado que solía usar cuando eran niños, esperando así liberar un poco de tensión, pero Sarada no sonrió ni dijo nada.

Se mantuvieron en silencio por un largo tiempo, tal y como hace rato que se vieron, era algo incómodo. Y hablando de lo que pasó hace rato...

-En verdad estoy sorprendido de que te me hayas lanzado a los brazos tan pronto y como me viste- tal vez lo mejor sería cambiar de tema por el momento, estaba claro que a Sarada no le sentaba nada bien su situación actual como enemigo principal de la Hoja.