Ocho: Dedos

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Enzo Vogrincic fanfic
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Las manos de Enzo eran perfectas.

Especialmente sus dedos, que eran, por mucho, más largos que los tuyos, eran lo suficientemente gruesos y largos como para llenar tu apretado coño perfectamente, hundiéndose profundamente en tu agujero sin sentirse nunca intrusivo, por el contrario, se sentía como si sus dedos hubieran sido hechos exactamente para tocándote.

Y no era ningún secreto que a Enzo le encantaba saber que podía hacerte correrte solo con sus dedos, que podía hacerte sentir bien solo con sus caricias, que te tenía a su merced con solo insertar dos de sus gruesos dedos en tus mojados coño.

Por lo que no era extraño que en fiestas o eventos de trabajo Enzo te separara del grupo y te llevara al baño, precisamente para hacerte gemir su nombre con solo usar sus dedos.

Exactamente lo que estaba haciendo ahora.

Tu novio se encargó de inmovilizarte contra el lavabo, levantando tu cuerpo para que tus caderas quedaran al nivel de las suyas, y frotó tu coño sobre tu tanga ya mojada, tratando de humedecer aún más el material con tu excitación.

Cometiste el error de cerrar los ojos de placer mientras sus dedos te penetraban, pero unas delicadas bofetadas en tu mejilla te hicieron abrir los ojos.

—No me quites los ojos de encima, amor —te dijo mientras apoyaba su frente contra la tuya, sus ojos fijos en los tuyos mientras sus dedos se movían como tijeras dentro de tu agujero.

Los ojos de Enzo penetraron los tuyos, sus pupilas se dilataron, excitado al pensar en sentir como tu semen mojaba su mano, le encantaba saber que podía hacerte sentir así de bien solo con sus dedos.

Sus dedos índice y medio profundizaron en tus paredes mientras su pulgar presionaba repetidamente tu clítoris hinchado, manteniendo sus ojos en los tuyos mientras gemías y gemías su nombre mientras él gruñía cada vez que sentía que tus paredes se apretaban alrededor de sus gruesos dedos.

Cuando finalmente rodeaste sus dedos, él siguió tocando tu ahora hinchado coño, todavía enviando escalofríos por todo tu cuerpo mientras toda su mano jugaba con tu centro, finalmente quitó su mano e inmediatamente llevó sus dedos ahora húmedos a su boca, lamiendo tus jugos. de sus dedos mientras te mira directamente a los ojos.

ONE SHOTS de ENZO VOGRINCICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora