Llevas ya un mes en Londres grabando una película. Inicialmente planeaste viajar con tu novio, Enzo. Sin embargo, circunstancias imprevistas lo retuvieron de regreso en su país de origen, gestionando entrevistas para su nueva película y otros compromisos. Pronto, tu nombre inundó las redes sociales, no por tu película sino debido a una foto en particular en la que todos te etiquetaban.
Era Enzo con su ex novia, Sofía, aparentemente felices y juntos en las calles por la noche. En el momento en que lo viste, te invadió la confusión y el dolor. Querías creer que era un error, pero la evidencia estaba ahí. Incapaz de reunir fuerzas para confrontarlo en persona, le enviaste un mensaje de texto, buscando desesperadamente una explicación.
Del otro lado, Enzo miraba ansiosamente su teléfono, sintiendo que la tensión aumentaba mientras contemplaba su mensaje.
Decía su mensaje. Enzo se dio cuenta del error de la foto y temió que no le creyeras.
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Cuando notaste su respuesta tardía, intentaste concentrarte en tu trabajo en el set de filmación. Una mezcla de emociones te embargó, desde la sorpresa hasta la angustia. Las imágenes de Enzo y Sofía rondaban tus pensamientos, creando un nudo de inseguridad y tristeza. Mientras intentabas concentrarte, esperabas las respuestas que Enzo estaba dispuesto a darte.
Enzo, comprendiendo la gravedad de la situación, buscó desesperadamente explicarse. Cuando finalmente revisaste tu teléfono, viste sus mensajes apresurados justificando el encuentro. En medio del caos de la filmación, luchaste por concentrarte y procesar la avalancha de notificaciones que te hacían sentir impotente y herida.
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Lo amabas y sabías que estaba siendo honesto, pero eso no alivió el dolor, especialmente considerando el acoso pasado de Sofía cuando comenzaron a salir.
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Todavía faltaban algunos meses para tu regreso, pero si él realmente estaba dispuesto a arreglar las cosas, esperabas que lo entendiera y esperara Enzo, abrumado por la distancia y la ansiedad de la espera, tomó una decisión audaz después de días de reflexión. Decidió que no podía esperar meses para resolver las cosas y estaba decidido a luchar por ti.
A los pocos días, sin decir una palabra, Enzo arregló un vuelo a Londres. Al aterrizar en la bulliciosa ciudad, su corazón latía con nerviosismo ante su inesperada reacción.
Esa misma tarde, unas horas antes de que terminaras de filmar, apareció en el set, buscándote por todas partes, preguntando a todos dónde estabas, y la respuesta constante fue: "en su camerino". Cuando finalmente encontró tu camerino y llamó a la puerta, la abriste pensando que sería cualquiera menos él. Al verlo, quedaste completamente sorprendido.
-Enzo, ¿qué haces acá? -preguntaste, una mezcla de incredulidad y emoción.
-Perdón, no podía esperar más. Necesitaba verte, hablar vos cara a cara. No bastan las explicaciones y las disculpas a través de mensajes -respondió con determinación en sus ojos.
Te conmovió el hecho de que voló hasta allí solo para verte, una mezcla de emociones te embargó. Continuó:
-Cometí un error, no debí haber hablado con ella y estoy dispuesto a afrontar las consecuencias. Pero también estoy dispuesto a luchar por nosotros, a demostrar con acciones que esto es lo que más quiero en mi vida, que te amo.
Después de horas de conversación y lágrimas compartidas, perdonaste a Enzo porque realmente lo amabas y viste que cada una de sus palabras era sincera. Durante ese tiempo permaneció contigo y, a pesar de los rumores, no les prestaste atención. Cada día, ambos parecían más enamorados que nunca y todos lo notaban.
Después de un tiempo, regresaste a casa y el vuelo de regreso se sintió diferente; eras mejor y eso te gustaba. No sabías cómo se desarrollarían las cosas, pero algo dentro de ti te decía que todo estaría bien.
