Literalmente te rogará de rodillas que montes su cara.
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"Bebé, por favor... sólo quiero sentirte encima de mi cara y ser asfixiado en tu coño. ¿Por favor bebé?" ¿Cómo puedes decirle que no a esa linda cara suya?
Entonces te quitas los pantalones y la ropa interior y te sientas a horcajadas sobre su cara. Su sonrisa se amplió y está emocionado. Pasas el cursor sobre su rostro, contemplando si debes o no empujar tu peso sobre él.
Pero mientras intentas tranquilizarte, los brazos rodean tus muslos y te empujan hacia abajo, su boca chupa y empuja su lengua a través de tus pliegues y da vueltas alrededor de tu clítoris.
Una mano agarra la cabecera y la otra está en su cabello. Tirando con fuerza mientras te lleva a través de un paraíso de placer.
Tu mente se nubla lentamente y solo puedes concentrarte en su lengua y su boca. Moliendo desesperadamente su rostro. Gritando de placer mientras imprudentemente clava su lengua en tu dolorido coño.
Cuando alcanzas el orgasmo, él te empuja hacia su cara, mientras tu cuerpo se contrae por la sensación de que él todavía está clavando su lengua dentro de ti. Devorando el delicioso sabor de tus jugos.