Las ruedas del carruaje pasando sobre las piedras del camino era lo que se escuchaba a fondo, el trotar de los caballos con el cantar de los grillos y la charla animada del príncipe con la mucama dentro de la carroza.
Hablaban sobre la novela, lo que aprendieron, los sucesos futuros y los personajes. Maeko le preguntaba a Takemichi como iba con el tema de los Male Lead.
- Mhmm. - Takemichi tarareó. - Digamos que me he encontrado con unos pocos, tenía pensado no acercarme a ninguno de ellos, pero algunos son agradables. - Esbozó una sonrisa, Takashi era todo un caballero como en la novela.
Un brillo se mostró en los orbes verdosos, - ¿Sabes Takemichi-kun? Puede que no seas el original pero eres alguien muy carismático. Quería contarte un dato extra que había leído en uno de los artes de la novela. - Respondió, sacando un papel amarillento, contenía un dibujo muy bien detallado de un tigre, pero este tenía una extraña piedra en forma del sol en su frente, su pelaje parecía que estaba ardiendo en fuego vivo.
- ¿Oh? - Exclama tomando con cuidado la página. - ¿Qué es esto, Maeko-kun? -
- Es un tigre flameante - Señala el papel.
- ¿Flameante? - Dice con curiosidad, jamás había escuchado sobre esto.
La menor agarra una bocanada de aire antes de responder, y tiene que asegurarse que el conductor no los escuche.
- Muy bien, los tigres flameantes nacen del cruce de una figura hecha gracias al poder de un portador del elemento fuego, él quiso hacer un experimento, con una parte de su poder creó a un tigre que tenía un pelaje amarillo degradándose al rosado fuerte, y buscó a una tigresa, de origen normal en celo. Al cruzarse los genes se mezclaron, creando a esa raza, sin embargo, los cachorros, fruto de ese proceso, si tienen mente propia, los creados por portadores son como una marioneta que no piensa. -
La explicación era explícita, todo detalle directo y sin rodeos, la castaña observó con detenimiento el paisaje, más adelante se veían las tiendas de los puestos, las luces de las lámparas, y las personas pasando por ahí.
- ¿Por qué me cuentas esto ahorita, Maeko-kun? - Pregunta con una ceja arqueada, entregándole devuelta el papel.
La mujer devolvió su mirada al rubio. - ¿Recuerdas la página donde los gemelos Kawata vinieron a este festival? - El mayor se ve pensativo, pero aún así asiente. - Soy una persona muy observadora, en el fondo, pude observar a un hombre mayor de edad vendiendo a uno de los pocos cachorros de esa especie que están vivos, como es muy caro, nadie puede comprarlo, solo alguien de la nobleza, y tú. - Señala con su dedo índice a Takemichi - Eres hijo del duque, y no solo te lo digo por eso, si no que también puedes crear un vínculo con ese animal y que te proteja. -
El ojiazul lo piensa, en parte, la menor tenía razón. Podía entrenar a este tigre para que lo proteja, pero no quiere encadenar a un animal a alguien que tal vez en un futuro, quieran que este muerto.
La mucama tomó sus hombros delicadamente. Un gran brillo de esperanza tomó puesto en sus orbes. Inspirando al mayor para tomar la propuesta que estaba ofreciéndole, por alguna razón una parte de ella no querría que nada le pasara al Hanagaki, aunque en la novela pudo ser un personaje despiadado, sentía que había algo más en el fondo de ese chico que nadie más entendió.
Takemichi era un muchacho inteligente, pero el amor por Hinata fue su perdición.
Un suspiro tembloroso se escuchó, el asentimiento del blondo provocó un vitoreo por parte de la mujer, el carruaje paró su andar e informó a los dos pasajeros que habían llegado a su destino.
Ambos jovenes bajaron del transporte para observar la entrada del festival, causaba de unos grandes postes de madera oscura con múltiples lámparas de diferentes colores, después de ellos se podían ver la variedad de tiendas que habían.
Un destello apareció en ambos pares de ojos, la emoción palpitaba en sus corazones, la belleza tranquila del festival en estos tiempos era aún más magnífica que la de su generación.
En un rápido movimiento, Maeko tomó la mano de Takemichi, corriendo con felicidad hacia el interior, pasando de tienda en tienda y esquivando las personas que venían del lado contrario.
El solo entusiasmo de la castaña era una sensación de alivio para él.
El rubio sonreía con cada sonido de emoción por parte de la chica, caminaban tranquilamente con unos tres guardias detrás de ellos.
La mujer buscaba al animal que presentó hacía el príncipe, daba unos cuantos mordiscos a su manzana endulzada pero estaba decidida a encontrar a aquella especie. Su mirada recorría todo tipo de tiendas, iba en paz hasta que sintió su cuerpo chocar con uno más grande y fornido, causando que cayera al suelo.
- ¡Hey! - Se le escapó por la sorpresa, su dulce se encontraba destrozado en el suelo, lleno de tierra.
Iba a reclamar, hasta que vio el rostro de quienes tenía en frente.
Eran los gemelos Kawata, ambos tenían sus rizos definidos, provocando que su cabello se vea más esponjoso y atractivo, piel canela con sus músculos marcados, eran todo un monumento.
Maeko quedó boquiabierta por tal belleza con la que chocó, hasta se sintió imbécil por hacerlo, Takemichi por otro lado se acercó a ella para decirle que había encontrado y comprado a su objetivo, pero quedó con las palabras en la boca al ver a los mellizos. El hijo del Duque fue el primero en salir del shock para ayudar a su compañera.
- Souya-san, Nahoya-san. - El rubio saludó cortésmente con una inclinación de cabeza, al mismo tiempo ayudando a su mucama a levantarse.
La sonrisa de Smiley se tensó por un momento, en cambio Angry tuvo por una fracción de segundo un brillo hermoso en sus orbes.
- Un gusto volver a verlo, Hanagaki-san. - El capitán de los caballeros por parte del Duque Kawata saludó a Takemichi, ya que ambos Duques eran buenos socios y conocía a los tres desde niños.
El mencionado mostró su hermosa sonrisa, conmoviendo al mayor por ver cuan apuesto se había puesto el mismo.
Nahoya le dió un codazo a su hermano menor con su sonrisa aun más grande, ofreciéndole un apretón de manos al blondo.
- Tiempo sin vernos, Hanagaki. - El mayor saluda, y el contrario asiente con incomodad.
Takemichi traga saliva antes de aceptar el saludo, pues en la novela Nahoya era uno de los mas aterradores y también el que se encargaba de darle advertencias sobre alejarse de la protagonista, además de que era un tóxico a otro nivel.
Alguien inestable, sin dudarlo.
La castaña ve todo con atención, el lenguaje corporal de los gemelos irradiaba nerviosismo y deseo, lo ultimo no estando tan segura, ¿Se habrá perdido de algo?
El ambiente era silencioso, nadie se atrevía a hablar, Souya saludo al ojiazul con un apretón de manos y se pusieron tensos.
Aiko, el general. Tosió falsamente viendo con una mirada extraña a los gemelos. - ¿No tienen planes, Hanagaki-san? - Preguntó mordiendo su labio inferior.
El menor negó, ganándose una sonrisa por parte de Aiko, ya habian conseguido al tigre que buscaban y la verdad, no sabían mucho sobre el festival.
- ¡Fantástico! - Aplaudió, - A los gemelos les encantaría un poco de compañía. - El mayor sonrie con una aura satisfecha, causando que los mellizos lo fulminaran con la mirada.
Takemichi y Maeko se miran por un momento con incomodidad, hay algo en sus actitudes que no cuadra del todo.
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𝐄𝐥 𝐞𝐱 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐩𝐫𝐨𝐭𝐚𝐠𝐨𝐧𝐢𝐬𝐭𝐚
FanfictionTakemichi Hanagaki es un chico común. Tenía solo 26 años cuando lo empujaron a las vías del metro y murió. Pero su vida da un giro de 360 grados al ver que reencarno. Pero no en cualquier persona, si no en un personaje de su novela favorita. El ex d...