Un año después~
El sol de la playa quemaba como ninguno y les había bronceado la piel hasta dejarla en un tono dorado que simulaba un otoño perfecto pese a estar en pleno verano.
No eran unas vacaciones propiamente dichas, era solo un fin de semana en el que decidieron hacer una escapada a una playa de un pueblo pequeño y antiguo, alejado de la civilización con el fin de festejar a solas su primer año como pareja.
el mar calmado y azul contrastaba con el blanco de la arena que les inundaba los pies descalzos.
la brisa agitaba suave sus cabellos mientras ellos se sentían en paz.
-hubiésemos ido a bailar-protestó Fran. estaba acostado sobre una roca, tomando sol con anteojos negros.
Esteban, sentado a su lado, lo miró y aunque quiso hablar no pudo hacerlo, estaba maravillado con ese torso desnudo y brillante, con los rulos castaños que parecían más rubios por el tono tostado de su piel.
Nuevamente se sintió inquieto por lo que iba a hacer, lo habia pensado toda la semana y no sabía que iba a pasar en cuánto abriera la boca, todo lo que habían construido juntos en esos doce meses se iba a detener, y le asustaba.
-no seas asi, estamos solos, tranquilos-dijo y era cierto, no había una sola persona en esa playa
-somos tan distintos-dijo Fran sacandose los anteojos-a vos te gusta el silencio y a mi cuanto más ruido mejor
-puede ser
-nos complementamos
Esteban cerró el libro que había estado leyendo y se recostó sobre la roca que Francisco dejaba para ponerse de pie.
Lo vio caminando entre la arena rumbo al mar y sintió de nuevo una punzada inquieta, tal vez su primer aniversario no era el mejor momento para hablar de...aquéllo.
Vio su espalda delicada sumergirse en el agua mientras las olas le golpeaban su cuerpo.
le recordó a si mismo de chico, disfrutando el mar como si fuera una maravilla en la tierra y se preguntó como hacía él para conservar su niño interior de una forma tan viva, admiró y envidió un poco eso.
●●●
Cuando Fran volvió estaba mojado, oliendo a sal.
sus rulos enmarañados goteaban sobre su pecho mientras él los secaba con una tolla.
-¿que pasa, Kukuriczka ¿te gusto?
Esteban miró la arena y respiró profundo, su mente estaba algo perturbada.
Sin dejar que él responda, Fran se sentó encima suyo, sacudiendo su cabeza con el fin de mojarlo
-¡Francisco, no!
-si vas al mar te tenes que mojar, ¿que te crees?
-no me meto por algo-le dijo tomandolo de la cintura, mojando sus dedos con el short empapado
-si no vas al mar, el mar viene a vos
Fran se estiró y lo besó pasando sus brazos por encima de los hombros rojos ajenos.
Esteban le correspondió pero se detuvo cuando aquellos besos se volvieron más intensos.
-estamos en la playa...
-no hay nadie-le dijo Fran que ya estaba excitado y le besaba el cuello
Esteban cerró los ojos y subió una mano por su espalda sintiendola caliente.
volvió a besarlo separandole los labios con la punta de su lengua, empezando una batalla con la suya.
En breve estaban encima de la toalla en la que Fran había reposado antes.
Esteban, entre sus piernas, le dejaba marcas sobre el pecho mientras movía la cadera contra la entrepierna contraria.
