Capítulo 1: Vida y Origen

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Sophia

Me encontraba sola en un bosque por la noche a oscuras, muy asustada al no ver nada más que árboles por el camino. Caminaba sin un rumbo aparente con la esperanza de que encontrase algo o alguien que me pudiera ayudar a salir de allí.

Mientras caminaba noté como si algo me estuviera persiguiendo. No le hice caso al pensar que se trataría de mi imaginación y seguí caminando normalmente, aunque un poco más nerviosa. Para mi desgracia, tuve que hacer caso a mi instinto. Escuche varios pasos y al mirar atrás vi a un hombre con aspecto demacrado corriendo hacía mi, yo al ver eso comencé a correr también esquivando la dificultad de la oscuridad.

Por desgracia no tengo visión nocturna, así que me tropecé con una raíz de un árbol y me caí al suelo. Antes de que me pudiera levantar ahi estaba ese hombre ya delante mía, me miraba con unos ojos que parecían una mirada perdida, como si no estuviera vivo, la mandíbula rota y todo su cuerpo completamente destrozado con grandes heridas muy profundas que dejaban ver sus órganos. Yo estaba asustada por lo que me podría hacer, se fue acercando poco a mi y cuando me tuve frente a él comenzó a llamarme por mi nombre.

—Sophia, despierta ya. —decía el hombre destrozado.

En un parpadeo cambie de lugar y pasé de estar en ese horrible bosque oscuro a mi habitación, había tenido una pesadilla; aunque se había sentido muy real. Estaba sudando completamente, tenía tanto como la respiración y mis pulsaciones aceleradas del miedo que había pasado.

Miré por todo mi habitación y justo a mi lado izquierdo estaba mi hermano mayor, Edgar

—¿Te encuentras bien? —me preguntó mi hermano.

—No es nada —le respondi quitando importancia al asunto. —, es solo que había tenido una pesadilla.

—Sea lo sea que habías soñado, no le des ninguna importancia. Ya estamos en el mundo real, donde nunca ocurre nada interesante. —no pude evitar soltar una pequeña risa ante lo último que dijo Edgar —Levántate y ve ducharte, sudas más que Nathan después de sus entrenamientos.

Edgar se fue y me dejó sola en la habitación. Me levanté de la cama, cogí ropa interior junto al uniforme y me fui al baño mientras tan solo pensaba en la pesadilla que había tenido. Desde hacía una semana no paraba de tener pesadillas, lo que me dificultaba en muchas ocasiones tener una buena noche. En varias ocasiones mi padre me ha despertado debido a los gritos que estaba pegando.

Cuando llegué al baño, cerré la puerta y me miré por un momento al espejo para ver como estaba mi rostro luego de otra pesadilla más. Entre los exámenes y esos sueños iban a acabar conmigo, ya hasta tenía ojeras. Abrí el grifo y me eché un poco de agua en la cara para verme con más claridad. Dejé el espejo y me metí en la ducha.

Al salir ya del baño completamente cambiada, con el uniforme puesto, me encontré con mi padre poniendo el último plato del desayuno en la mesa.

—Buenos días —me saludó mi padre acariciandome la cabeza.

A los pocos segundos de yo sentarme en la mesa llegó también mi hermano, también con el uniforme escolar puesto, y se sentó en la mesa. Mi padre encendió la televisión y puso las noticias de la mañana para ver que decían. Le gustaba estar informado de lo último sobre los peligros, es un hombre muy protector con nosotros con eso de que era el jefe de policía de la ciudad y para sumar ver como nuestra madre murió delante de él por culpa de un violador que intentó abusar de mí cuando era pequeña, pero, mi madre se puso en medio enfrentándose a él, aunque al final el arma del violador se disparó debido al forcejeo. El resto ya es sabido que sucedió. Desde ese momento mi padre se volvió mucho más estricto y protector con nosotros de lo que ya era antes.

Virus Z-18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora