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ᴅᴀᴍɴ ᴄᴏʟɪᴄ
Te encogiste en el sofá sujetando tu abdomen con fuerza intentando disuadir el dolor, te dolía tanto el vientre que jurabas que ibas a llorar.
Y Adam aún no llegaba con lo que le habías pedido.
Le habías pedido el favor que te trajera unas pastillas para el dolor y vitaminas, nada más.
No podías creer que se estaba demorando más de tres horas en llegar.
Si él dolor no te mataba tu lo matarías a él.
Cuando se escuchó el cerrojo de la puerta ser desbloqueado alzaste tu mirada con una expresión cansada, pero rápidamente se tornó molesta cuando viste a Adam entrar con una gaseosa, hamburguesas y una bolsa de que suponías eran los repuestos para su guitarra, estaba tan tranquilo.
- Llegó por quién llorabas, perra.
Giraste los ojos, evitando verlo, evitando las ganas de llorar del dolor e ira.
Claro, ahí estaba el cambio de humor que tanto odiabas mensualmente.
- ¿qué pasa?, ¿me llamaste con tanta urgencia para verte aquí acostada?
Suspiraste pesadamente.
- ¿Dónde demonios estabas, Adam?
Él alzó los hombros con indiferencia.
- fui a comprar unas hamburguesas, tenía demasiada hambre.
- ¿antes o después de comprar las pastas?
- ¿qué pastas?
Esa fue la gota que derramó el maldito vaso.
Te levantaste como pudiste y con paso agigantado fuiste a la cocina a servir un poco del té que habías hecho para el dolor.
Sin embargo no era muy efectivo a diferencia de una pastilla para cólicos.
- ¿me llamaste para que me ignores?, que estupidez.
Te diste media vuelta para mirarlo.
Él se sorprendió al verte derramar unas lágrimas delgadas mientras fruncías las cejas en una expresión de molestia.
- te necesitaba por un sólo maldito favor, ¡uno sólo, Adam!
Él se quedó estático, pensativo ante tus palabras.
- ¿de qué favor estás hablando?
- ¡te envié un mensaje con la lista de las cosas que te pedí para que por favor comprarás!
Él alzó una ceja mientras sacaba su celular del bolsillo para revisar el celular, sin embargo no encendió.
