❱ 𓏲ּ ᥫ᭡ ₊ 𝙄𝙍𝙍𝘼𝙏𝙄𝙊𝙉𝙉𝙀𝙇 Ꜥ꧖࣪ˑ ִ ֶ Adán "el Primer Hombre"

⸳⭑ࣶࣸ ֺ ʙᴜʟʟʏɪɴɢ .⸳⭑ࣶࣸ ֺ

──

alternativa au:

En dónde Adam desea tener tu atención, sólo que no sabe como hacerlo.

Adam fue creado para ser ángel, por lo qué no es el primer hombre, sólo es un joven ángel muy inmaduro y problemático.

Uno que te quiere mucho...

A su manera...

──

Sentiste un tirón fuerte de tu cabello, uno tan fuerte que miraste de mala manera al responsable de ese tirón.

── Ya basta Adam.

Él te sacó la lengua, suspiraste cansada volviendo a mirar hacia el tablero, pero no pasó mucho tiempo para volver a sentir un tirón más fuerte.

── Adam, ya, por favor.

── Idim, yi, pir fivir.

Te negaste a pelear, él siempre salía ganando.

Cosa que te frustraba bastante.

── Deja de mirarme tanto, ___, ya sé que soy muy guapo.

Lo miraste indignada, sino fuera porque te había jalado el cabello ya como cinco veces no lo mirarías.

Adam era un compañero terrible de clase.

Era tu bullying.

Él simplemente no era bueno contigo.

── Quisieras.

Aclaraste, volviendo a colocar la mirada al tablero, intentando prestar atención a la maestra.

Sin embargo no pasó muecho tiempo para sentir un jalón qué te envío la cabeza para atrás con fuerza, provocando un dolor en tu nuca.

Casanda, te enderezaste y levantaste la mano.

Adam trago saliva con un atisbo de nervios.

── Maestra, Sera.

La nombrada te miro, permitiéndote la palabra.

── Adam está jalandome el cabello.

Ella suspiró, cansada de la situación, Adam era su alumno más problemático.

Pero recibía más quejas sobre él si se trataba de ti.

No era de sorprenderse que recibiera una queja por él en sus clases.

── Adam, por favor, deja de jalarle el cabello a tu compañera, eso no está bien.

Cuando Será terminó de hacer su llamado de atención, volteó hacia el tablero, dándole la espalda a Adam, quién alzó los hombros mientras ella no se percataba de ello.

Rodaste los ojos, no era ni un regaño.

── Si sigues colocando quejas, te irá peor, ___, en serio.

Te quedate callada, mirando hacia el frente.

Pero la gota que colmó tu vaso fue sentir como tomaba tu cabello y lo jalaba, pero eso no fue todo, volteaste a mirarlo enojada, pero esa expresión tembló al ver como en sus manos tenía una tijera.

Con rapidez cortó tu cabello; y un largo mechón de él quedó en su mano.

Lo miraste estupefacta antes de tomar tu cuaderno y le pegaste con él, con toda la fuerza que tenías.