Lisa estaba acurrucada en su cama con su cobija de león encima, regalo de su suegra por su compromiso, como era costumbre jennie estaba a su lado dándole besitos después de un día largo de trabajo, la castaña se veía bastante tensa y preocupada desde que llego en la cena, por el momento no quise preguntar, pero ahora que estaban en la cama dándose amor aprovecharía para hacerlo.
—Que te preocupa, te noto distante desde que llegaste—Pregunto la pelinegra dándose la vuelta y mirando el rostro decaído de la castaña.
Jennie resoplo con fastidio, odiaba tocar esos temas, pero su novia no tenía la culpa de nada.
—Mama necesita más medicinas y no tengo el dinero suficiente, estoy pensando en vender una parte del terreno, pero me quedaría sin espacio para las gallinas y sin eso no tendría huevos para vender, significa menos dinero y alimentos.
—Por qué no me lo dijiste, puedo darte el dinero para la medicina de mi suegrita—Sonrió aliviada, pensaba que el problema era mucho peor—
—No te corresponde Lisa, es mi familia y debo velar por ella, no tu. Sería una vergüenza si el pueblo se llega a enterar—Dejo de abrazarla—Que van a pensar mis amigas de mí, no quiero aprovecharme de tu amabilidad.
—No te estas aprovechando de mí, yo te lo quiero dar ¿Sí? Además, tanto te molesta que tus amigas se enteren, solo debería preocuparte tu madre.
—Se supone que soy el hombre de la familia, es mi deber.
—No es solo eso jennie, es tu ego herido lo que te molesta. —Lisa lo supo de inmediato, había dado en el blanco—No me gustan esas amistades, no te hacen nada bien. Tu familia siempre será lo primero, recuérdalo jennie.
Lisa se dio vuelta enojada sin decirle buenas noches y su besito antes de dormir. Jennie se sintió como un perrito regañado e inmediato quiso abrazarla a la pelinegra quien se quejó y termino por codearla fuera de su lugar.
Sabía que la pelinegra era orgullosa y no le hablaría hasta que le pida perdón, pero jennie también lo era y reconocía que estuvo mal, pero no pensaba que fuera para tanto. Ella también se dio la vuelta y apago las luces, a los minutos escucho el sonido de indignación de Lisa y la luz iluminar la habitación.
—¿No vas a pedirme perdón? —Pregunto lisa indignada tocando su pecho—
—No lo hare, estas siendo muy dramática—Respondió jennie sin darle la cara— No es para tanto.
—¡Como te atreves! ¿¡Papi!? ¿¡Saca a esta pulgosa!? —Grito Lisa
—No te preocupes yo me puedo ir solita— jennie salió de la cama a la misma vez que le respondía a Lisa. —No necesito de tu ayuda.
Lisa volvió a chillar indignada pero esta vez mezclado con rabia, ¿Qué se creía su azúcar morena al hablarle así?
Jennie al notar que no estaba su ropa y solo traía un bóxer con un sujetador deportivo (Regalo de Lisa) gruño y no le importo salir de la habitación, Lisa grito al verla salir desnuda y definitivamente perdió la poca paciencia que tenía.
—¿¡Vas a salir desnuda!? —Lisa perdió el poco color que tenía y teniendo en cuenta que estaban discutiendo.
—¡Si! —Respondió, pero no con el mismo tono que la pelinegra, seguía teniéndole miedo.
—¿¡Vuelves ahora mismo Kim!? ¿¡Te matare cuando te tenga en mis manos!?
—¡INTENTALO. ¡—Grito.
El señor Manobal quien estaba durmiendo plácidamente despertó por los gritos de su adorada princesa y varios disparos por supuesto. Cuando salía de su habitación todos sus guardias corrían en pijamas directo al jardín donde por la ventana puedo ver como su bebe y la pobretona discutían acaloradamente. Su hija como siempre mandando en la relación, esperen...
¡Su hija estaba desnuda!
Lisa gritaba mientras intentaba detener a su agria morena, le importo mierda su desnudez cuando fue detrás de la castaña, en cambio jennie salía de mansión sin importarle los gritos de su novia.
—¿¡Maldita Kim vuelve ahora mismo!?
—NO
—Si te vas terminamos... ¡KIM! ¿¡GUARDIAS!? —Los hombres no tuvieron que preguntar y fueron por la pobre castaña.
Dos minutos después jennie era arrastrada por dos hombres musculosos hacia la habitación de su novia o más bien ¿exnovia? Lisa estaba sentada de piernas cruzadas mientras miraba sus uñas, en el camino juro ver a su suegro mirándola impactado, tal vez por ver lo que había creado.
—Te arrepientes mi azúcar morena.
—No—Mala respuesta Kim.
—Entonces no tengo otra opción que castrarte, si no eres mía no eres de nadie. —Lisa se miraba demasiado tranquilo y eso la hizo temblar de miedo, ella no dudaría en hacerlo.
—Estas loca—Susurro jennie alejándose lo más que podía de la pelinegra.
—No me gusta compartir lo que es mío y tu enseñaste lo que me perteneces a todas las sirvientas de esta casa.
—Tú también saliste desnuda.
—Tú lo hiciste primero—Lisa camino hacia ella peligrosamente, una vez estuvo frente a ella sonrió e hizo un puchero. Oh no—Nunca comparto lo mío.
La pelinegra saco un cuchillo de sus muslos y apunto a su entrepierna.
—Me follas a mi o pierdes tu masculinidad. Tu decides amorcito, rápido porque si decides la más sabia decisión, ósea la primera, quiero que me folles ahora.
—Lisa cálmate, todo a su tiempo.
—No amor, nadie se burla de mi de esa manera. Papi siempre me enseñó a darme mi lugar. —Espero a que ya castaña hablara, pero no lo hizo— Bien yo decido...
FIN
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