En el distrito de Katurunco, conocido como el distrito del placer, un asesinato ha sacudido los cimientos de la ciudad. Tatsuya Shirai, un miembro leal de la familia Doshina, ha sido falsamente acusado de eliminar a un alto mando del clan Kynli. Aho...
Las luces de neón brillaban por doquier, iluminando los letreros de locales para adultos y todo tipo de entretenimiento en cada esquina. Ese era Katurunco, conocido también como "el distrito del placer", donde la vida nocturna nunca descansaba. Edificios resplandecientes adornaban las calles, y el bullicio envolvía el ambiente.
Cerca de la plaza central, un callejón oscuro se abría ante dos figuras. El primero, un joven de cabello blanco, vestía un traje azul oscuro, casi negro, acompañado de un fedora a juego. Llevaba gafas de montura delgada, que reflejaban las luces lejanas de los edificios. A su lado, caminaba un hombre de unos cincuenta años, también vestido de manera impecable, avanzando en silencio junto al joven. Ambos se dirigían hacia las sombras del callejón, alejándose del bullicio que llenaba las calles.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ambos caminaron en silencio hasta llegar a unas escaleras. El hombre se acercó un poco más al joven y le puso la mano en el hombro.
- Bueno, ya nos veremos, Tatsuya Shirai - dijo con voz calmada.
Mientras hablaba, sacó un cigarro. Al instante, el chico acercó su encendedor, ofreciéndolo para prenderlo. Con una ligera seña, el hombre le indicó que guardara el encendedor. Luego, con tranquilidad, encendió el cigarro él mismo y le dio una calada, observando cómo el joven, llamado Tatsuya, comenzaba a alejarse, dirigiéndose hacia la salida del callejón.
Shirai salió del callejón y se adentró en las bulliciosas calles principales de Katurunco. El gentío llenaba cada rincón, convirtiendo su camino en un caos de cuerpos y ruido. Mientras intentaba avanzar entre la multitud, chocó contra un grupo de jóvenes. Sin prestarles atención, siguió caminando, decidido a salir de ese desorden. Finalmente, tras un esfuerzo por abrirse paso, logró alejarse de la aglomeración y escapar del tumulto de la ciudad.
~~~~~~~~
Después de caminar durante un buen rato, Tat llegó a una parte más tranquila del distrito, cerca del río. Las luces de los locales se reflejaban en el agua, y él se dirigió hacia un bar cercano. Al entrar, sus ojos se posaron sobre un joven de cabello rubio corto, recogido en una pequeña coleta. Vestía un suéter negro y una chaqueta verde oscuro, junto con pantalones de estilo camuflaje. El rubio lo vio entrar y sonrió.
- ¡Hey, Tatsu! Siéntate - le dijo, haciéndole una seña para que se uniera a él.
El peliblanco se acercó y tomó asiento junto a él.
