Carta para no llorar | Kuroken

Uno

Hagas lo que hagas, no te vayas. Desgarra mi corazón, rompe mi alma, destruye mi cuerpo, pero no te vayas.

Suelo ser un idiota. Digo algunas estupideces sin sentido, a veces muestro partes mías que no deberías ver. Emociones que manchan la imagen de la que te enamoraste, acciones que te hacen pensar por qué todavía estás aquí.

En algún momento sé que te irás. Sé que tomarás tus cosas y cerrarás esa puerta de un portazo. Es normal, después de todo, eso me suele pasar muy a menudo. La gente que amo me suele abandonar, ¿tú harás lo mismo, Kenma?

¿Me dejarás caer tan fácilmente?

Miro el techo de mi habitación y rió amargamente, hay algo en mí que sabe que ya no me amas. Ese pensamiento irritante que me hace creer que tú estás con alguien más. Me niego, intento ignorarlo y digo que no, pero es difícil. ¿Me harías algo así, Kenma? ¿Me dejarías ir tan fácilmente?

Porque yo no. Soy un desastre. Cuando te vayas, te llevaras casi todo de mí. Me tendré que olvidar de mi corazón porque tú lo cargarás en tus maletas y te irás. Cariño, no te vayas. ¿Cuántas veces te lo tengo que pedir?

Aunque es inútil. Porque, como dije antes, lo harás. O mejor dicho, lo haces. Ya incluso hay una fecha. ¿Cómo haces que esto sea tan fácil? ¿Acaso hay algún manual para tomar tus cosas e irte como si nada?

Kenma, tienes que regresar. Te llevaste mi corazón. ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora? Porque dejarte ir no es una opción, pero mis piernas son muy débiles para ir atrás tuyo. No me puedo levantar, soy inútil a tu lado.

En definitiva, mientras escucho como cierras la puerta, hay algo en mí que de acaba de ir. Bien por ti, Kenma. Te llevaste todo. Eres un ladrón despiadado. ¿Cómo hiciste para que fuera tan fácil irte como si nada?