—¡Heist!
La voz de Mila resonó en el pasillo, cerca de la puerta de la cocina. Natalia la seguía obediente.
—Aqui estás, casi te pierdes de nuestra visita.
—Eso le decía a Kiara,—Me echo un vistazo y yo me le quede viendo un segundo.—No sabía que teníamos visita, madre.
—La fiesta de bienvenida, ¿Recuerdas?
Natalie estaba perpleja, sus ojos indagando cada parte del cuerpo de Heist. La lujuria clara en sus ojos y yo, aunque no era religiosa, casi doy una oración a su nombre. Estaba segura que mi hermana menor sin dudas estaría retorciéndose en su cama mientras yo hacía todo esto.
—Soy Natalia.— Extendió su mano hacia el. Heist la tomo, plantando un beso sobre el dorso de su mano.
—Heist Stein. — Susurró y Natalia se lamió los labios.
Esa zorra te quiere robar al amor de tu vida, mátala.
¡Maldita sea! ¡Cállate! No voy a matar a nadie, no está vez.
—Natalia me ha caído de maravilla, Heist, es una jovencita muy extrovertida y conversadora.
—Oh, gracias Sra. Stein, usted también me a caído muy bien, espero verla seguido.
—Bueno, los dejo para que charlen, sé que los jóvenes prefieren estar a solas. Kaia ya vuelve, está hablando con su padre
Y con eso salió de la cocina, dejándonos solos.
Mátala, antes de que esto se vuelva tedioso para nosotras.
Aquella voz era muy irritante, pero decidí ignorarla.
Natalia y Heist no paraba de hablar, así que yo me permiti disociar. De vez en cuando, dirigía una mirada hacia ellos, está vez, ví como Natalia estaba recargada en una de las paredes de la cocina, Heist frente a ella. Muy cerca. Demaciado diría yo.
—Eres muy bonita, Natalia.—No sabía si era por su acento, pero su voz era intensa.— Me alegra que hayas decidido venir hoy.
Natalia se sonrojó, apartando la vista.
—Natalia.—Ella me miró.—Se está haciendo tarde, tenemos que irnos.
—Solo un poco más, Kiara. Natalia y yo la estamos pasando bien, ¿no es así?
—Si, Kiara, solo sigue comiendo que te gusta.
— Cállate, maldita niña — Murmuré por lo bajo, mirando a Natalia con toda la ira acumulada del último día.
—¿Que?
—Que tienes quince minutos.
—Pero..
—Tu no tienes punto de razón en esta discusión. Quince minutos. Nada más.
Heist se acercó y le susurró algo al oído a Natalia.
—Kiara, ya venimos, espérame aquí, ¿Si?
Eso encendió mis alarmas, ¿Que yo no había dicho quince malditos minutos?
—¿A dónde creen que van?
—Solo le voy a mostrar algo, tranquila.— Dijo Heist, saliendo de la cocina y tropezando con el amor de mi vida de camino, Kaia se hizo a un lado para dejarlos pasar.
Suspiré, diciéndome a mí misma que me tranquilizara.
—Nadie puede resistirse a los encantos de mi hermano, ¿eh?
—¿Tu dónde dices que van?
—Probablemente a besuquearse en algún pasillo oscuro de la casa.— Volví a suspirar.
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Secretos hasta tumba
FanfictionKiara era una chica tranquila, amable, y religiosa, en un pueblo donde todos la admiraban por ser la hija perfecta de la familia perfecta. El pueblo de Wilson era un lugar regido por tradiciones que involucran a la religión, su fervor a la hora de...