Y este era el fin de Jimin, sus padres lo habían corrido de su casa. No tenía a dónde ir ahora.
Con algo de suerte un amigo lo acogió en su casa, los padres de este lo querían mucho y lo apreciaban así que habían accedido de inmediato cuando su hijo les comento de la situación del naranjita.
Jimin estaba acostado en la cama de su amigo mientras esté buscaba algo en su armario.
-Minnie enserio no volverás a tu casa? -pregunto el chico alto-
-No, mis padres están muy decepcionados conmigo y no me quieren ver ni en pintura -expreso Jimin con tristeza-
-Y el padre de tu bebé? -nuevamente pregunto-
-No quiero hablar de él, Jinnie -dijo Jimin y su amigo asintió-
El resto de la tarde Jimin se la paso ayudando a la señora Kim, realmente esa señora era un amor.
Habían hecho muchas cosas juntos ya que su amigo prefería hacer otras cosas que pasar tiempo con su mamá.
-Muy bien, entendiste como se prepara unas galletas? -pregunto la mujer y Jimin asintió- ok, entonces hay que esperar a que estén horneadas
Jimin se había antojado unas ricas galletas caseras de chocolate y bueno la señora Kim había decidido hacer unas para el naranjita.
Mientras ellos esperaban la señora Kim empezó a hablar de algunas cosas de Jimin, más que todo que planes tenía para su futuro.
-Estas decidido a tener a tu bebe Jimin? -pregunto mientras lo miraba-
Si algo era lo que había aprendido Jimin era que apesar de todas las cosas que había hecho él, su bebé no tendría que pagar por ellas.
-No me quiero volver a equivocar señora Kim -dijo Jimin con un nudo en la garganta- tengo mucho miedo pero mi bebé...el no tiene la culpa de mis errores -dijo Jimin mientras acariciaba su pequeño vientre- yo cuidare de él, le daré todo mi amor y dedicación....
La señora al escuchar esas palabras sonrió de felicidad, Jimin era un ser de amor. Si, el se había equivocado pero también el aprendería a sobrellevar todo estoa. Aprendería mucho de ahora en adelante.
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Unos meses después Jimin había recaudado un poco de dinero gracias al trabajo que había conseguido de cajero en un súper mercado.
Jimin aún seguía viviendo bajo el techo de la familia Kim pero solo sería momentáneo ya que pronto se mudaría, no quería seguir ocasionando más problemas a esa bella familia que lo había acogido sin juzgarlo.
El vientre de Jimin ya se había hecho notar después de cumplir los 7 meses, aveces se cansaba con facilidad por estar mucho tiempo parado pero no sé quejaba.
El naranjita se encontraba trabajando como de costumbre, su día no había sido muy tedioso gracias a sus compañeros. Y es que a dónde iba Jimin siempre se ganaba el cariño de todos.
Mientras seguía con su trabajo, escucho como detrás suyo hablaba alguien, conocía esa voz pero no recordaba de dónde.
Cuando se dio la vuelta, vio que era un amigo que no veía hace mucho.
-Minnie? Eres tú? -pregunto con alegría y el mencionado asintió- dios, hace meses que no se nada de ti, que a pasado amigo?
Jimin sintió vergüenza, realmente no quería que nadie lo reconociera pero aún así respondió con amabilidad ante la pregunta de su amigo.
Esa tarde el naranjita se quedó con un mal sabor en la boca, todos sus amigos estaban estudiando y otros trabajando, por lo que le había comentando. Y claro Jimin también trabajaba pero no era lo mismo, se sentía mal consigo mismo.
Cuando salió de su trabajo, procuro abrigarse bien con su abrigo ya que estaba corriendo mucho viento y no quería enfermarse.
Empezó a caminar como de costumbre al paradero de buses para así después esperar por unos minutos hasta que por fin pasará el carro que lo llevaría a la casa de la familia Kim.
En cuento llegó el carro, se subió y pago por su pasaje. El camino a casa era aburrido, Jimin mirada por la ventana como algunos jóvenes corrían de un lugar a otro mientras reían.
El naranjita sentía celos, el ahora ya no podía salir a divertirse...debía trabajar para así mantener a sus hijos.
Cuando llegó a su estación, Jimin bajo del carro y le agradeció al conductor para así empezar a caminar hasta la casa Kim.
En cuento llegó a la propiedad saco las llaves y las introdujo en la cerradura para después abrir la puerta. Entro en la casa y cerro la puerta detrás suyo, no encontró a nadie en toda la casa así que supuso que no había nadie.
Camino hasta las escaleras pero se detuvo abruptamente, al parecer si había alguien en casa.
"Ya te dije que si, solo debo esperar que tenga al bebé y luego se lo quitaré" se escuchó.. "Estás dudando de mi? Venderemos al bebé de Min y ganaremos mucho dinero, le diremos que es un secuestro y listo!" Exclamo esa persona.
Con cuidado Jimin subió las escaleras hasta que llegó a la puerta de la habitación, está estaba levemente abierta.
El naranjita vio por el pequeño espacio que había y se quedó sorprendido pero a la misma vez triste por descubrir quien era esa persona.
Y esa persona era....
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