Valerosos (FANFICTION PERCABETH)

Capitulo 14

El dolor y la pena son los sentimientos más grandes, mientras que la alegría puede ser tan verdadero como falso.

El dolor domina a las emociones sin siquiera dejar escapatoria, pena, sufrimiento, es lo único en lo que piensas.

Distinguir lo verdadero de lo falso es difícil incluso cuando son tus emociones ¿Realmente eres feliz?

Yo solo tenía una respuesta: ella me hacía feliz.

Aquella chica de cabello oscuro y cuerpo ágil, aquella chica fría Pero que me quería.

Era ella mi felicidad.

Era ella mi hermana.

¿ACASO A LA VIDA LE IMPORTO?

Me la quito. No pensó en como estaría.

La vida es cruel y mala, despiadada.

Estaba feliz, en una fiesta, emborrachándome y jugando.

Hasta esa llamada...

Aquellas palabras.

"Fue hallada muerta." YA NO TENÍA VIDA.

MI VIDA NO TENIA VIDA.

Nadie comprenderá el amor entre dos hermanos hasta que ellos mismos lleguen a experimentarlos. En un principio de odian hasta que descubren que son más parecidos de lo que creen.

El amor de hermanos es algo incomparable, es algo enorme.

Sin mi hermana yo no soy nada.

¿ACASO ELLA NO PENSO EN MI ANTES DE IR ALLI?

Por ella soy lo que soy.

Mis ojos ardían de las lágrimas que derramaban, mis manos temblaban y mi garganta ardía.

No podía pronunciar nada más que su nombre.

Sin pensarlo bien corrí al primer auto que ví y conduci, metí a la carretera sin pensar y a toda velocidad.

Solo sentía el movimiento del auto, no sabía a dónde me dirigía.

Cuando decidí detener el auto recién me di cuenta de a dónde había llegado.

Compartí tantos momentos con ella aquí..

Me acerque de a poco hasta sentarme en el piso admirando todo.

Cuánto te extraño, hermana..

Me senté en silencio sin dejar de llorar por un tiempo, tal vez 15 segundos, tal vez 20 minutos o una hora. No lo sé.

Cuando volví a la realidad ví a Annabeth allí.

Amaba a Annabeth, realmente. Era una muy buena amiga y esperaba poder estar siempre con ella.

Me levanté, quería ir a abrazarla y contarle lo sucedido, poder buscar refugio en sus brazos.

Hasta que una voz me habló.

—Solo le harás daño, la muerte es la mejor opción.

Era una voz tenebrosa, no sabía de quién provenía. Voltee y no había nadie.

Quería gritar y huir. Hasta que la voz continuo.

—No te haré daño, pequeña. Ven a los brazos de la muerte, es tu mejor opción. Te reencontraras con tu hermana y no lastimaras a nadie con tu sufrimiento.

Poco a poco esa voz me fue convenciendo hasta que senti algo entrar en mi.

Me di media vuelta, Annabeth estaría bien no me necesitaría, ni tampoco Jason.