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Habían pasado 5 días desde que había pasado ese pequeño incidente, o almenos así lo identificaba yo, pero... ¿Incidente? Ok, lo admito... Desde ese día me agradaba un poco más hablar con Angel, así que ya no podría llamarlo de tal manera.
Justo en estos momentos me encontraba con Angel en un bar de mala muerte esperando a una amiga de él, persona de la cual Angel no dejaba de hablarme, pues según él lo apoyaba demasiado.
El aburrimiento se apoderaba de mí al no tener que hacer, pues en estos momentos estaba buscando a Angel el cual se había perdido de mi vista en cuanto entramos al lugar, y sabiendo como era Angel lo más probable es que estuviera coqueteando con un tipo cualquiera.
Estaba deambulando por el lugar en busca de... No sé, simplemente estaba caminando sin rumbo alguno por el lugar, cuando mis ojos por fin fueron bendecidos al ver una mesa llena de juegos de azar, y al parecer había llegado en el momento correcto, pues nadie más se quería acercar al tipo que estaba apostando que para mi no sorpresa estaba con Angel.
Angel al verme me hizo unas pequeñas señas de que no intentará jugar con ese tipo. Obviamente me importo un carajo y decidí apostar.
Me acerque a la mesa esbozando una sonrisa con seguridad tronando mis dedos.
- ¿Cuánto apuestas?- Pregunté con confianza.
El tipo solo sonrió, enderezandose sobre la silla con Angel sentado sobre sus piernas mirándome un poco preocupado.
- Vaya, vaya, miren que tenemos aquí... A un valiente el cual cree poder ganarme, pero bueno, ¿Qué juego propones? Te dejare elegir para darte una pequeña ventaja - Respondió el demonio bastante seguro de si mismo.
- No estés tan seguro, ¿Y qué te parece el poker? Un juego sencillo y de cartas, fácil de jugar para cualquier idiota, así que te será fácil jugarlo- Mencione, tomando asiento en el otro extremo de la mesa quedando frente a él.
Este solo frunció el seño y con unas señas logro que una persona se acercará de manera rápida a dejar las fichas junto con un sobre "nuevo" de cartas que posiblemente ya estaban trucadas.
Decidí no prestarle demasiada atención al demonio y solo me centre en como el Dealer comenzaba a barajear las cartas, y primer truco detectado... La forma en que lo hacía podía dejar ciertas cartas en la parte de abajo, y aunque no sabía con certeza cuáles serían porque desde un principio pude notar que ya venían acomodadas de cierta manera. ¿Cómo sabía todo esto? Pues no por nada soy un amante de las apuestas en los juegos de azar.
Al final nos entregaron a ambos nuestras cartas despues de apostar 2 fichas color azul (50 billetes), y maldita sea mi suerte... Una baraja de mierda: 8 y 7 de tréboles, 3 de diamantes, 8 de corazónes y 10 de picas... Tocaba sobrevivir con esta maldita baraja que apenas y cumplía con un par.
El demonio me sonrió maliciosamente y dió una carta para cambiar, así que aquí ya había detectado algo en su jugada, aunque aún eran solo sospechas.
Decidí cambiar el 3, 8 y 10, dándome el Dealer de regreso un 2 de diamantes, 5 y 3 de picas; lo primero que note es que tenía una remota posibilidad de crear una escalera cambiando las cartas correctas, pero este juego estaba arreglado y este tipo no se andaba con juegos, así que tendría que buscar alguna mano más alta.
Este ahora había puesto 4 fichas color azul, y aunque estaba comenzando a dudar tuve que igualar la apuesta sí o sí, ahora teniendo en juego 300 billetes de los grandes... No podía retractarme ahora.
Nuevamente volví a cambiar las tres cartas que me habían dado, conservando aún el 8 y 7 de tréboles arriba. Está vez recibí un 3 y 5 de picas junto con un 9 de tréboles... Este era momento de mi jugada, pues sí el no estaba jugando limpio, ¿Por qué debería de hacerlo yo? Ahora era el momento de soltar mi "truco" bajo la manga (muy literalmente).
