Cuando desperté la mañana del día siguiente Rebecca y yo debimos separarnos. Ella había prometido cuidar a Ethan mientras Irin trabajaba, y yo ayudaría a Nam a escoger un vestido para esa noche. Su novio la había invitado a cenar.
Me despedí de Rebecca con seis besos, ante lo cual ella respondió con solo uno, su número favorito del día.
Me sentí algo extrañada, pues últimamente Rebecca elegía cifras altas. Ese día, sin embargo, no parecía querer demasiado.
— ¿Te veré esta noche? — Pregunté a través de la ventanilla.
Ella casi había entrado al edificio cuando yo decidí hablar, así que no me habría extrañado que no me respondiera. La distancia era larga.
Sin embargo, lo hizo.
— Eso creo — Afirmó.
Y una sonrisa se dibujó en mi rostro antes de decirle que la amaba seis veces. Ella también sonrió antes de afirmar lo mismo.
Una hora después Nam estaba en los probadores. Habíamos llegado a tiempo porque ella exigió conducir, propuesta ante la cual no pude negarme. Ese día quería irme a casa lo antes posible.
— ¿Cómo estuvo tu cumpleaños? — Me interrogó Nam mientras un segundo vestido era arrojado hacia mis brazos. Tenía toques naranjas, así que yo lo había descartado al verla con él — Estoy segura de que fue una locura y todo eso, pero necesito detalles.
— Becbec decidió llevarme esposada a un parque de diversiones. Fue increíble, incluso ganó un oso para mí.
Mi mejor amiga rio al escucharme.
— Paso en eso de intentar comprenderlas. Es imposible.
— No hay nada que comprender, Nam. Es amor.
— Lo que tú digas...
Poco después salió de los probadores. El vestido era rojo y le quedaba increíble, pero no se lo dije. En realidad le pedí esperar para ver los otros, pues mi mente no iba a sentirse bien hasta que ella se probara seis.
— ¿Y qué tal el sexo? Quiero creer que la locura de ambas también llega a la cama, porque de otra forma esto no tendría sentido.
— Fue increíble, Nam. Muy, muy, muy, muy, muy, muy increíble — Afirmé, y si ella hubiera estado junto a mi habría visto el calor subiendo a mis mejillas — ¿Recuerdas cuando...?
— Está bien. Suficiente. No quiero detalles, Freen.
Ella volvió a salir del probador, esta vez usando un vestido azul que acentuaba sus curvas. De nuevo, no le dije lo muy increíble que se veía.
— ¿Puedes ver mi móvil, Freen? Creo que lo he escuchado.
Asentí tres veces aunque ella no podía verme. Desbloqueé su móvil usando la clave que nunca cambiaba: cinco, seis, cinco, seis; busqué entre los mensajes, y me di cuenta de que no se había equivocado.
Había justamente dos mensajes sin leer. Uno era de su novio, el cual decía cosas increíblemente cursis que aseguraría haber leído en internet. El siguiente era del móvil de Irin, pero fue Rebecca quien escribió.
— ¿Por qué siempre me escribe a mí? ¿Acaso no sabe que tienes uno también?
Rodé los ojos.
— Claro que sí, pero sabe que no lo llevo al salir de casa. Me distraigo usándolo porque debo abrir todas las aplicaciones dos veces antes de hacer cualquier cosa.
Mi mejor amiga no dijo nada esta vez, pues conocía mis manías. En vez de eso salió del probador con un corto vestido negro que dejaba ver sus largas piernas.
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Seguirte o Perderte
FanfictionFreen amaba la rutina. Becky amaba lo desconocido. Freen amaba la perfección. Becky era completamente imperfecta. Freen no tenía grandes sueños. Becky vivía en uno. Freen odiaba las despedidas. Becky vivía de ellas. Freen no quería seguirla. Becky n...