15. Lo echo de menos

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Hyunjin se cruzó en el pasillo con un apresurado Bang Chan que solo se despidió cuando le prometió ir al restaurante. Lo vio marcharse con ese omega alto que tiraba de la mano del hiperenergético Yunho. Haciendo acopio de toda su calma, llegó a la puerta de la clase de Suni.

Respiró hondo y decidió que era un buen día para arreglar un poco más las cosas con Minho. Lo saludó con una sonrisa y una reverencia cuando entró. Estaba decidido a ni siquiera poner mala cara cuando abrazara a su hija antes de irse. No, señor, no lo haría porque sabía que ese alfa era bueno con ella, aunque su lobo todavía se volviera un poco loco pensando que se la quería robar.

Igual que Jisung pensaba de mí, se dio cuenta.

Una pareja de ancianos a los que nunca había visto charlaban con él y solo quedaba un niño en el salón, además de su hija, a la que ayudaba a ponerse el abrigo en ese instante.

—¿Te acuerdas de Mingi, papi? —preguntó ella, tirando de su brazo.

—Sí, nos hemos visto algunas veces. ¿Cómo estás, Mingi? —saludó, agachándose frente al pequeño. El niño enrojeció con violencia y ocultó su cara en las solapas de su abrigo.

—A Mingi no le gusta mucho hablar, pero hoy el señor Lee lo felicitó porque leyó en voz alta una línea del libro de texto —aseguró ella con una sonrisa orgullosa.

—Oh, eso es grandioso, Mingi —El niño lo miró un segundo, pero volvió a bajar los ojos—. ¿Suni se porta bien contigo? Si es muy abrumadora, puedes decírmelo.

—¡Papi! ¡Yo no soy eso! —se defendió ella, tirando de su brazo. Hyunjin se rio y le dio un beso en la cabeza.

—Lo digo en serio, Mingi, si se porta mal contigo, dínoslo a mí o al papá Jisung... O al señor Lee, ¿de acuerdo?

—¡Papi! —exclamó ella.

—N-no... Han Suni es b-buena conmigo —interrumpió el niño en un susurro.

—Ah, me alegro de que digas eso, entonces me quedo más tranquilo —Suspiró, secándose el sudor falso de la frente—. Como mi princesa se porta bien con sus amigos, decidirá qué cenaremos esta noche.

—¡Sí! ¡Quiero comer pollo frito! ¡Montones de pollo frito! ¡Como veinte pedazos! —aseguró, apretándole las mejillas a su padre.

—Pollo frito será, entonces —dijo, derretido.

—Mingi, cariño, vamos a casa —La voz a su espalda lo sorprendió. Se volteó, levantándose del suelo con la niña en brazos. La señora mayor sonreía estirando la mano.

—Sí, abuela —murmuró el niño, obedeciendo hasta que enredó sus deditos en la mano de la anciana.

—Soy Hwang Hyunjin —se presentó, haciendo una reverencia dificultosa por la carga de sus brazos—. Soy el padre de Suni.

—Es un placer señor Hwang, yo soy Kim Yoori y él es mi esposo Song Minseo. Somos los abuelos de Mingi. Tenemos que irnos ahora, pero espero que podamos vernos a menudo —dijo, con una sonrisa cálida. El alfa asintió y se despidió una vez más del niño antes de verlos salir.

Minho se giró para quitarse el delantal y recoger las cosas del escritorio, sacando un bolso de un cajón. Hyunjin lo miró, buscando las palabras correctas para acercarse a él.

—¿Necesitas algo? —preguntó el profesor, antes de que le diera tiempo a encontrarlas. No parecía hostil, más bien curioso. Suni también lo miró como si esperara una respuesta.

—Eh... No... Solo quería decir que... Bueno, Jisung me envió un mensaje esta mañana. Me dijo... Esto... Que ya lo sabes... Que ya lo sabéis los dos —Las cejas de Minho se elevaron con sorpresa. Suni puso una mueca extraña como si no lo entendiera—. Lo del bebé.

FRESAS Y MARACUYÁ | Lavanda 2 | ChangLix | HyunIn | Minsung | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora