Capítulo O7.

821 119 8
                                    

Chan comenzó a despertar totalmente desorientado, tratando de adaptarse a la iluminación de la habitación y agudizando sus sentidos, descifrando que se encontraba en una habitación de hospital

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Chan comenzó a despertar totalmente desorientado, tratando de adaptarse a la iluminación de la habitación y agudizando sus sentidos, descifrando que se encontraba en una habitación de hospital. Cables se conectaban desde sus brazos y pecho, el pitido del monitor a un costado suyo le estaba dando una leve punzada en sus sienes, deseando que se detuviera.

Su garganta se sentía demasiado áspera, aclarándose para poder hablar, girando su rostro a todos lados en busca de alguien, pero se percató que se encontraba solo. Trató de incorporarse sobre la cama, en ello la puerta fue abierta y un hombre de mediana edad entró, luciendo preocupado.

—Señor Bang, por fin despertó.—Su voz parecía un tono aliviado, acercándose rápidamente.—¿Cómo se siente? ¿Siente algún dolor?

—¿Por qué estoy aquí?—Cuestionó directamente, frunciendo la frente.

—Hace tres días lo encontró uno de nuestros enfermeros desmayado en el área de neonatos, no reaccionaba y decidimos internarlo mientras lograba recuperarse.

—¿Tres días?

El doctor asintió.—Señor, ¿Cuándo fue la última vez que durmió bien? ¿Cuándo fue su última comida? ¿Sabe cuán descuidado está su cuerpo en estos momentos? Su salud está corriendo peligro, está dejando a un lado sus necesidades y no está atendiendo como se debe, simplemente lo está ignorando.

El alfa se sintió regañado, bajando la mirada mientras escuchaba todo lo que el doctor le decía con respecto a su salud, inclusive sintiéndose culpable. Era consciente de lo descuidado que estaba siendo consigo mismo, como estaba dejando sus necesidades a un lado por el simple hecho de que no tenía cabeza en otro lugar que no fuera entre su tristeza y su cachorro, en ocasiones perdía la noción del tiempo, sino fuera por el enfermero que lo mandaba a comer algo probablemente se la pasaría a lado del cunero día y noche sin importar nada.

—Señor, si me permite opinar, usted necesita ayuda de manera urgente. Podríamos canalizarlo a uno de nuestros especialistas, comprendiendo su situación tuvimos que haberlo hecho desde el principio, nos disculpamos por nuestra negligencia en sugerirle ello. Es muy importante que esté bien, nos preocupa realmente su salud y su condición, solo queremos ayudarlo tanto como está en nuestras manos hacerlo.

—¿Dónde está mi cachorro? Quiero verlo.—Se limitó a decir, enfocando su mirada al final de la cama.

—Preguntaré si es posible que lo puedan traer, cualquier cosa le avisaré.—Decidiendo que era momento de irse, se alejó un par de pasos antes de girarse nuevamente.—Por favor, considere mis palabras, estaré atento a lo que diga.

El pelinegro simplemente asintió, girando su rostro a la ventana. Sabía que las palabras del doctor eran acertadas, sabía que necesitaba ayuda y aplazarlo solo empeorarían las cosas, pero una parte suya temía asistir por ayuda, hablar y sacar todo lo que en sus pensamientos atormentaban, el miedo a hablar persistía ahí. Además, la sensación de estar solo no desaparecía, sabía que posiblemente le habrían notificado a sus familiares sobre su condición, no queriendo preocuparlos más de lo que ya lo había hecho.

For us ♡ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora