Capítulo 2O.

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Chan se despertó con el delicado aroma del omega impregnándolo por completo, además de sentir el suave cuerpo entre sus brazos mientras trataba de salir de la penumbra del sueño

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Chan se despertó con el delicado aroma del omega impregnándolo por completo, además de sentir el suave cuerpo entre sus brazos mientras trataba de salir de la penumbra del sueño. Sus extremidades se sentían adormiladas, sobre todo la parte de sus manos que se encontraban debajo del pecoso, el cual aún se encontraba cómodamente dormido.

Contrario a querer alejarse, se acomodó mejor contra el omega, cerrando los ojos nuevamente con la intención de volver a dormir, pero su intención no duro tanto como quisiera, puesto que pudo escuchar afuera de la habitación como su cachorro comenzaba a llorar.

Soltando un suspiro, maniobró su cuerpo para salir de la cama sin llegar a molestar al omega, viendo cómo se removía ante la falta de contacto, pero tan pronto como consiguió una almohada entre sus brazos logró calmarse y seguir durmiendo. El alfa no pudo evitar sonreír, echando una última mirada para asegurarse que estuviera cómodo antes de salir de la habitación hacía la del cachorro.

-Buen día, cachorro.-Saludó tan pronto como se acercó a la cuna, estirando sus brazos para alcanzar al pequeño.-¿Tienes hambre? Creo que debería de cambiarte el pañal primero.

Haciendo una rutina de la cual ya estaba acostumbrado, calmó a su cachorro tan pronto como cambió su pañal y consiguió alimentarlo, salió del cuarto una vez que comprobó que todo estaba bien, entrando en su propia habitación para cambiarse e iniciar el día. Observó como el reloj marcaba recién las ocho de la mañana, deseando poder estar acostado un rato más, excepto que su estómago estaba pidiendo por algo de comer y tanto su lobo como él pensaron que sería buena idea sorprender a Felix con el desayuno preparado.

Con esa idea en mente, se metió al baño con la intención de prepararse para el inicio de su día.

Felix estiró los brazos por encima de su cabeza, sintiendo todos sus músculos relajarse mientras soltaba un sonido de satisfacción

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Felix estiró los brazos por encima de su cabeza, sintiendo todos sus músculos relajarse mientras soltaba un sonido de satisfacción. Tenía días sin haber podido sentirse tan relajado como aquella mañana, descansando por fin y sin tener interrupciones entre su sueño, inclusive despertando de buen humor que no se percató del gran aroma que predominaba en su habitación, una combinación del propio y del alfa, deleitando a su lobo.

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