Mañana tengo examen de literatura y los apuntes se amontonan sobre la mesa. Mi cabeza se debate entre seguir estudiando a Henrik Ibsen o dejarme llevar por la pasión y el incendio que se esconde bajo mis bragas. Finalmente la tentación vence el pulso. Cojo mi teléfono móvil, abro WhatsApp y le escribo un mensaje a Nick
- Estoy en la biblioteca del parque, tengo ganas de verte.No tarda más de un minuto en contestarme:
- Me visto y voy para allá.
Mi corazón empieza a latir muy fuerte y mi mente se sumerge en un millón de pensamientos obscenos. Recuerdo el otro día en su casa: su cuerpo junto al mío, el desabrochándome despacio los botones de mi camisa, lamiendo con ansias mis pechos, yo cabalgándole al ritmo de los acordes de esa música que da vueltas en mi mente. Nunca nadie me había excitado tanto como Nick lo hace. Me enciendo aún más...
- Hola
Interrumpe mis pensamientos.
Se acerca a mi y me besa. Coge una silla y se sienta en la mesa de al lado. Está tan guapo. Esa camisa ajustada y los calzoncillos asomando por el borde del pantalón… Estoy deseando quitártelos.- ¿ Qué haces ?
- Estudio para el examen de literatura
Miro a Nick de reojo . El también lo hace. Sus ojos me recorren con deseo, de arriba a abajo, deteniéndose en mi escote, deleitándose en mis piernas. Siento un escalofrío en mis partes bajas. De repente algo me roza. Es su mano. Las yemas de sus dedos se posan sobre mi rodilla y suben con sigilo por encima de mis medias. La respiración se agita. Los jadeos se multiplican a medida que su mano se acerca a mi sexo. Siento que voy a explotar. Su dedo índice llega a la altura de mi clítoris y empieza a acariciarlo lentamente. No puedo más.“Nick tienes que parar, nos van a ver”, le digo. Se levantas de la silla, se giras hacia mí mirándome con deseo y me dice: “Vamos a mi casa”.
En su casa ....
En cuanto echamos el pestillo a la puerta, comienza a besarme, a devorarme. Me pasa la lengua por mi cuello, me quita la blusa y continúa lamiéndome hasta llegar a los pezones. Allí se detiene un rato, los muerde con suavidad, los succiona.
Se me escapa un gemido.....
Mi mano se desliza hasta su pantalón, lo noto abultado. Le desabrocho el botón y bajo la cremallera. Su pene queda liberado, endureciéndose cada vez más, a punto de reventar. Empiezo a masturbarlo, primero despacio, luego deprisa, después otra vez despacio. Noto como se calientas cada vez más y más, está a punto de correrte.
Invadido por el deseo, me gira de golpe, me levanta la falda, me aparta un poco las piernas y me penetra sin detenimiento. Me apoyo con mis manos en la pared. me agarra por la cintura con una mano y con la otra masajea mi clítoris. En cuestión de segundos voy a tocar el cielo con las manos, acelera el ritmo y yo no puedo más, estallo de placer.....