Ir a la casa de la amiga de su madre, fue mucho mejor de lo que esperaba, y no se iría hasta que el lindo pelinegro este encima suyo, rebotando sobre su polla.
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La mente Minseo dejó de funcionar al escuchar las palabras del mayor, él podía echar a perder su hermosa vida de novio y pecar con él hijo de la amiga de su madre, podía hacer eso.
❝¿Estás seguro, Minseo? Te llevo años conquistarla.❞
Minseo frunció el ceño, alejándose un poco, mirando el rostro del mayor, este lo miraba de una forma penetrante, oscura, deseo, y eso simplemente hizo que un fuerte escalofrío recorriera por su vientre.
Nadie lo había mirado así antes. Y le gustaba, sentía tanta adrenalina, quería probar al mayor, pero también estaba asustado, él siempre había sido un hombre de bien, honesto, que detestaba las infidelidades, y aquí estaba, queriendo restregarse contra el miembro de un adolescente.
No sabía qué hacer.
—No sé...
Chris sonrió, no sabía si el menor se miraba tierno o sensual con ese lindo sonrojo y sus ojos húmedos, paso sus manos por sus mejillas, acariciando la suave piel, riendo un poco cuando el azabache cerro sus ojos, acercándose más al toque.
—Te digo la verdad cuando esa bruja no merece a alguien tan puro como tú—murmuró, acercando su boca al cuello del menor, dejando lentos besos húmedos.
Minseo posó sus manos en los hombros contrarios, suspirando por sentir la lengua recorrer de su cuello a sus clavículas.
Fue ahí cuando el menor sintió su miembro totalmente erecto.
—Bahng, corrompeme.
Chan sonrió, agarrando fuertemente el mentón del azabache para pegar sus bocas en un beso rudo, beso que Chris controlaba y que Min intentaba seguirle el ritmo.
Era la gloria estar besando los labios del bonito pelinegro, su lengua y la contraria se encontraron, danzando entre ellas, conectando de una manera tan placentera, las manos de Bang Chan bajaron al trasero del menor, apretando y estrujando duramente.
Minseo fue el primero que se separó, con la respiración agitada, mirando al castaño sorprendido, había sido un beso increíble. Chris le dejó un casto beso, llevando sus manos a la cremallera del azabache, bajándola para poder ver el bóxer negro del menor.
Metió su mano por debajo de la ropa interior, y Min juró tener espasmos cuando la mano de Bahng tuvo contacto con su miembro, el placer y la adrenalina de estar cometiendo algo malo corrían por sus venas, echó su cabeza hacia atrás, mientras dejaba que el castaño lo masturbaba.
Mordió fuertemente su labio inferior cuando el mayor retiro la camiseta de Min, dejando a la vista esos bonitos botones rosados. Chris acercó su boca a uno de ellos, comenzando a chuparlo, acompañado de algunas mordidas que hacían querer gemir en alto al azabache, por obvias razones eso no se podía.
Pero a Bang chan le daba igual si sus madres bajaran ahora mismo, así ella podría ver como su querido hijo se está entregando a él.
