ꜱᴇᴄʀᴇᴛᴏ ᴅᴇ ᴄᴏɴᴏᴄɪᴅᴏꜱ || enzo vogrincic

chapter 13

Valentina no pudo conciliar el sueño cuando se acostó en su cama al regresar a su hotel siendo acompañada durante el camino por Enzo.
Se sentía rara. Se movía en el colchón y jugaba con las sábanas como si debajo de ellas encontrara la respuesta. Hacía tan solo una hora estaba riendo con él despidiéndose y estaba feliz pero ahora es como si todo el color se hubiese difuminado a gris.

Pasaron horas en la madrugada, intentaba reír recordando algo que sabía que la provocaba pero no podía. Su pecho le apretaba y su mente no paraba de pensar "¿por qué ahora? ¿qué pasa?". Se sintió frustrada al no poder entender su emoción, era como si su corazón supiera, pero este fuese tan egoísta de no tener intención de decirle a su mente. Se sentó en su cama, chocando su espalda contra la pared. Agarró su celular para poner sonidos de lluvia de fondo para intentar relajarse, pero en el proceso vio la hora y la fecha.

Tragó fuerte. En su lugar sin moverse, empezó a llorar como si no quisiesen que la escuchasen. Como si aún estuviera en el teatro y llegaba el momento en el que se daba cuenta que no había llevado papel. No quería llorar, no tenía motivo según ella. Se limpió rápidamente las lágrimas para volverse a acostar. Y ahí con las luces apagadas, las sábanas cubriéndola hasta la cabeza y abrazando una almohada, volvió a llorar y a llorar hasta quedarse dormida.

Valentina tenía un almuerzo con los chicos al día siguiente. Se despertó temprano a la hora que tenía programada la alarma para empezar su día, pero no hizo otra cosa que quedarse mirando el techo escuchando a su mente y corazón por el torbellino de emociones que peleaban.

No fue hasta el mediodía que un poco su mente descansó de eso solo porque su manager la llamaba para organizar los horarios de esa tarde y noche por la gala. Ella estaría presentando en los People Choice Awards junto a Glen una de las categorías y querían que esté todo listo y aprendido el "guión" que le habían mandado esa mañana.

Su estado de humor la hacía realizar toda acción más lento y sin ganas. Pidió una pizza y cuando llegó se puso los lentes negros y una bata larga para irla a buscar en la entrada del hotel. Varias fueron las personas que vieron a esa penosa escena de la mujer despeinada, cruzada de brazos y caminando despacio desde el ascensor a la entrada y de la entrada al ascensor.

Incluso teniendo una mesa y sillas donde sentarse a comer, le tenía rechazo. Se sentó en su cama a comer la pizza con un vaso de agua al lado. Odiaba comer en su cama, pero también odiaba estar sin música y odiaba ese día. Sentía como si todo estuviese fuera de su poder, como si no pudiese cambiar nada.

Recibió una videollamada de Kit y dudosa igualmente la aceptó mientras mordía un pedazo de su comida.

— Quería saber cómo estabas, y veo que resolves bastante bien - dijo su mejor amigo mostrando más mentón que cara

— Te acordaste vos también - sintió que estaba apunto de llorar y miró al techo para retener las lágrimas

— Ehm... en realidad me lo puse en el calendario. El año pasado entendí que hoy no era un día para que estés sola.

— Te juro que me había olvidado. Pero fue raro sabes, fue como si mi cuerpo entero se acordara antes que... ¿yo?

— Que feo eso pero no para ponerse a pensar hoy igual. ¿Tenes planes?

— Sí, la gala.

— Ya sé tonta. Pero eso es a la noche, me refiero al resto de la tarde.

— Tenía un almuerzo en un rato pero ahora tengo que llamar para decirles que no me esperen. No estoy de humor para verlo justo hoy.

— Buenísimo, entonces abrirme - dijo mientras la rubia pudo escuchar doble toque de puerta y se detuvo a medio masticar sin entender - dale abrirme boba.