One shots-Mitsukou

Club de drama

Punto de vista de Kou

El escenario brilla pero esta vez no es por el singular brillo del mismo, es tu particular presencia que irradias con una reverencia. Pero creo que me haz mentido, siempre miras tus líneas escritas por detrás de la servilleta y eres tan raro que aun guardas tu disfraz o tu mascara; incluso conmigo.

Porque recitas a la perfección cada mentira, en realidad un "Te amo" casi nunca significara mas allá de una nota que has repetido e interpretado, hasta el cansancio como un acto que rebobina.  Incluso si tu no puedes amarme yo no podría odiarte, porque eres ese efecto, el efecto del club de drama.

Ensayamos tus diálogos detrás del telón, lees tu guion pero en ninguna parte estoy yo. Sueles decir que estoy siendo egoísta pero yo no quiero serlo. Te daré cada fragmento de mi si eso significa que mañana aun seguirás aquí, me quedare quieto para que jamás me pierdas y dejare que pises mis talones si así lo deseas.

Las pancartas se derrumban, debo de admitir que en el fondo a veces, solo a veces, deseo que algo nos separe. Pero tal vez solo estoy delirando, quizás si te lo recordara mas seguido aun dirías "Te amo" sin ser perseguido por alguno de tus dramas.

Por favor Mitsuba, te lo ruego, por favor dime que aun sueñas con escribir tu nombre a un lado del mío. La verdad es que tus brazos son el único lugar donde libre estoy pero a la vez atado me quedare. Creo que ahí fue el lugar donde morí, de alguna forma el amor que alguna ves vi se siente ajeno cuando lo cuento.

Me arrepiento cada que una gota golpea el suelo, porque solo entonces entiendo que la usaras en tu siguiente papel. Lamento tanto ser tan egoísta como para desperdiciar tus futuras palabras como si se tratase de tontearías. Me escupes, pero no es porque seas malo solo creo que mi intensidad te ahoga demasiado.

Me acerco y miro la descuidada hoja pegada en la pared del mediático club de drama:

"Cenicienta"

—Cenicienta: Mitsuba Sousuke.

—El príncipe: Tsukasa Yugi.

—Madrastra: Sakura Nanamine.

—Drizella: Aoi Akane.

—Anastasia: Mei Shijima.

—El Rey: Natsuhiko Hyuuga.

 —Hada madrina: Kou Minamoto.

...

Suspiro. Te ojeo y es entonces cuando lo comprendo, yo nunca seré lo que tú deseaste pues si me miras bien soy mas que un desastre. Yo solo estoy destinado a ser el hada madrina que cumple con cada uno de tus sueños o fantasías, aunque eso acabe con mi propia vida

Y esta bien se probablemente estoy siendo excesivo, tengo miedo. ¿Recuerdas esa vieja obra escolar? Si, la misma que siempre hacían cada año, incluso esa vez de alguna forma terminaste arrastrado a los escenarios.

En ese momento yo no era mas que otro espectador detrás de la ultima fila, sin expectativas pero siempre explorando mi mayor devoción hacia alguien que jamás me vería. Algún tiempo mas tarde me diste la oportunidad de participar en tu acto y francamente estaba deleitado por dicha idea, ni siquiera me importaba si era o no un personaje principal.

Para ser honesto la oleada de aplausos fue lo primero en convencerme para quedarme, ya había escrito mi nombre tan desenfrenadamente que no pude darme cuenta en lo que me estaba metiendo. Sonreíste enormemente y te agachaste con la intención de agradecer a tu fiel audiencia.