DxD: Mazmorras y Demonios

Capítulo 12: Reparación de los vínculos

"pensamiento"

"Discurso"

Texto del sistema.

"Televisores, radios y mensajes de texto a través de libros o periódicos... cuando esos están cerca..."

La luz llena la habitación mientras miro a mi alrededor, las dos chicas parecen un poco asustadas.

Esto parece un dormitorio genérico de chicas, hay carteles de bandas de chicos en la pared, camas con cortinas con volantes a su alrededor y algunos peluches aquí y allá.

También noto un círculo mágico alrededor de mi círculo de invocación... y un círculo de sal...

El círculo mágico tiene aproximadamente el efecto de "que los que temen el nombre de Dios sean atados aquí".

No tengo miedo del nombre de Dios como la mayoría de los demonios, por lo que ese círculo es nulo y sin efecto... como lo es la sal, porque no soy un puto espectro.

Levantó la vista lentamente. "Ustedes dos saben que la sal es para fantasmas, ¿verdad?"

—¿Funcionó? La rubia susurra, ignorando por completo mi afirmación.

"¡Por supuesto, funcionó!" La otra chica sisea. "¡Con nosotros trabajando juntos somos imparables!"

Discuten en silencio entre ellos mientras dejó escapar un suspiro de aburrimiento. Al menos están discutiendo sobre lo que quieren preguntarme.

La de pelo castaño rojizo entrecierra los ojos. "No te llevarás nuestra alma, ¿verdad?"

"Los demonios no han hecho ese tipo de cosas durante miles de años". Me burlo. "Mcdonald's no conseguía clientes si al final de cada visita te dispararan en la cara. Los contratos diabólicos hoy en día tienen precios relacionados con la tarea en cuestión. ¿Quieres que limpie una habitación, o que prepare la cena, eso es en cualquier lugar desde...?

Miro a mi alrededor lentamente. "Diez... ¿Euros?" Este es Brittan, ¿verdad?

—Lo es. La rubia asiente.

"Entonces, diez euros a cincuenta", término mientras saco mi teléfono. "De hecho, incluso tenemos una aplicación para determinar los precios".

"Ah... Ni siquiera me he presentado, ¿verdad? "Qué grosero". Me pongo una mano en el pecho. "Mi nombre es Gaius Decarabia-Malthus. Señor de los clanes Malthus y Decarabia. ¿Qué puedo hacer por ti hoy?

"Leí en un libro de demonología que el clan Malthus tenía la capacidad de crear poderosas armas y armaduras... ¿Es esto cierto? El anónimo Le Fay pregunta lentamente.

—Lo es. Asiento con la cabeza. "¿Necesitas un arma forjada, una armadura ajustada, un anillo mágico forjado tal vez?"

"¿Anillo mágico?" La chica de cabello castaño rojizo parpadea, solo para verse obligada a retroceder cuando la rubia da un paso frente a ella.

"¡Necesito que crees una espada mágica para mi hermano!" Declara.

"Está bien..." Murmuró lentamente. "¿Tiene alguna especificación?" ¿Qué tan "mágico" puedes permitirte? ¿Qué tipo de poderes quieres que tengas? ¿Cómo quieres que se vea? A dos manos, a una mano, un estoque, de un solo filo, de dos filos...

"¡Espera!" De repente afirma. "¡Me estás dando vueltas la cabeza!"

Me quedo callado y miro a la otra chica mientras Le Fay se lleva las dos manos a la cabeza, un poco aturdida. — ¿Y qué hay de ti, otra chica?

– Es Meredith. Afirma.

—¿Eh? Tarareo.

Me llamo Meredith y soy Le Fay.