Basta por hoy. Basta desde hoy, mejor dicho.
No soporto más ver gente morir por mi culpa. Hijos que se quedan sin padres. Parejas que dejan de ser pares. Animales, plantas, nada se salva de esta destrucción. Aunque la Tierra gane, solo es cuestión de tiempo para que otra guerra de mundos vuelva a ocurrir. Los seres humanos no aprendemos más, somos nuestro propio asesino.
La impresora industrial 3D con motor de fusión... sonaba tan lindo en mi cabeza. No debí haberla inventado. "¡La solución a los problemas de vivienda!" "¡La superación a la superpoblación!" "¡Nadie más morirá de hambre!". Creía ser el salvador del mundo, y resulté ser solo un victimario/víctima de mis propias acciones. O de mis propios errores, podríamos decir.
Las estadísticas de hoy muestran una mortalidad asombrosa: 500 veces mayor a la de hace 100 años.
Hace unas décadas estábamos distribuidos en 5 mundos, gracias a que se pudieron imprimir naves de fácil despegue, y tanques de combustible en el espacio para facilitar los viajes. También se crearon cápsulas gigantes para aclimatar las atmósferas en las Tierras 2 y 5. ¡Ni hablar de la comida, la ropa, y la maquinaria para los otros mundos! Hasta se imprimieron 4 impresoras industriales más, una para cada Tierra anexa.
Estos dispositivos facilitaban la producción de casi cualquier cosa y con pocos recursos. Solo se necesita el cartucho con el material, el chip con el diseño del producto y, en poco tiempo, está listo.
La imaginación es el límite...
¿Quién iba a pensar que las Tierras se iban a convertir en fortalezas, en potencias militares, en imperios colonizadores de planetas con recursos? Todas se olvidaron de sus orígenes, y todas intentaron aplastar a las otras.
No hay alianzas, solo guerras y más guerras. Las Tierras 2 y 3 ya no existen, y la 5 está por desaparecer. La Tierra 4 es un mundo lleno de seres viles y ambiciosos. Seres humanos sesgados por el poder. Solo superados en maldad por los habitantes de la Tierra original: esta.
Y todo fue culpa mía. Me consuela saber que si yo no inventaba la impresora industrial, la hubiera inventado otra persona.
Pero basta. Hoy se termina todo. Hallé en una galaxia muy lejana un planeta muy parecido a este.
Viajaré, e imprimiré la vegetación y los animales necesarios para que haya vida y se propague. Lo llamaré Tierra.
¡Que estos de acá se maten solos!
Esta carta la dejaré en mi escritorio, sin expectativas de que alguien la lea. Pero, si alguien lo hace, quiero que sepa que, para expiar mis culpas y preservar la especie humana, imprimiré en la nueva Tierra un hombre y una mujer.
Les pondré unos nombres que yo mismo inventé: Adán y Eva.

ESTÁS LEYENDO
Tierra de cuentos
Ciencia FicciónLa vida es un misterio, un laberinto de sorpresas y giros inesperados que nos desafía a cada paso. Nunca sabemos lo que nos traerá el mañana, ni cuál será nuestro destino final. Pero en medio de la incertidumbre y el caos, hay una fuerza que nos imp...