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📍Silverstone
🗓Julio 2022
Antes de volver a Nueva York, el lunes temprano por la mañana, mi madre y Nano me llevaron junto a Emmanuel para ver la nueva casa en Londres. Dado el trabajo tanto de Fernando como el de mi madre podrían haber elegido Oxford para mudarse, pero yo seguía siendo una carga al hombro, por lo cual aunque no hayan dicho nada, Londres era la mejor opcion, más grande y con más posibilidades que Oxford para mi.
Era una casa gigante, bonita, campestre y de una sola planta con mucho espacio verde que para Emmanuel le era gigantesco. Mi madre había conseguido una casa bellísima con un estilo industrial y moderno como a ella tanto le encantaba, con ciertos techos cristalizados y un jardín delineado con grandes árboles. Estaba lejos del centro de la ciudad, por lo que la calma allí era estupenda, no estaba acostumbrada a estas cosas viviendo en Nueva York toda mi vida. El patio interior de la casa le proporcionaba mucha iluminación y un espacio central para guiarte. Con una habitación principal con baño y vestidor, más otras tres bastante amplias e igual de luminosas, la casa de diseño que mi madre y Fernando consiguieron era estupenda y mucho más grande que la nuestra en Nueva York.
―¿Qué te parece?―me preguntó mi madre esperando mi aprobación luego de enseñarme cada rincón de la misma. Mientras caminábamos me señalaba que cosa iría en que lugar y lo que planeaba arreglar o agregar.
―Es grandiosa, mamá―asentí y ambos suspiraron aliviados. Me mudaría aquí en menos de un mes, lo mejor era pensar que la casa era genial antes de descubrir sus fallos y arrepentirme por completo.
De vuelta a Nueva York, Logan me preguntó cómo había ido el tema con la casa ya que le comente al respecto la noche anterior y le dije todo.
―Es gigantesca, en serio. Y en vez de escuchar autos y claxones, escucho aves e insectos.
―Suena salvaje ¿Estas segura que eso es Londres?―bromeó mientras esperaba abordar mi vuelo.
―Estoy segura, debería invitarte a mi casa en la selva luego.
―¿Tendré que llevar mi traje de Tarzán o como debería ir?―continuo y reí negando con la cabeza de tan solo imaginarlo.
―Olvidalo. Eres demasiado rubio para eso, ahuyentaras a las aves.
―¿Bromeas? Tu eres colorada.
―Como sea―concluí y ambos terminamos hablando de cualquier otra cosa. Logan ya estaba muy emocionado por ir a Nueva York ya que era de sus ciudades favoritas en el mundo y no podía esperar ahora que conocía a alguien que vivía ahí. Me cayó muy bien, de hecho. No sabía que era tan fácil y divertido hacer nuevos amigos además de Donna hasta que Logan se cruzó.
Al volver a Londres, le conté absolutamente todo a Donna, en verdad todo, mientras veíamos la única película que podíamos ver juntas una y otra vez: "Uptown Girls" Donna y yo muy pocas veces consideramos con películas que nos gustaran a ambas, pero "Uptown Girls" era nuestra favorita y aquella que podíamos ver cientos de veces en una misma tarde. Sabíamos los diálogos de memoria y ambas crecimos viendo a Brittany Murphy como nuestra mujer ejemplar, todo mi estilo se basaba en el personaje de Molly Gunn. Eso hablaba bastante de mi. Una vez, a los trece, compre a escondidas un jardinero de jean azul tal como el de la película y cientos de parches de mariposas, flores y otras decoraciones para ponerle. Gaste todos mis ahorros en ese diseño y terminé usándolo para mi cumpleaños antes de guardarlo al final de mi armario fingiendo que lo había perdido para no tener que volver a verlo o usarlo. Era desagradable. Mi madre lo encontró mientras me ayudaba a acomodar mis cosas antes de la mudanza.
