Los rayos del sol calientan mi piel. Hace buen día. Me encuentro tumbada en el césped del campus al tener hora libre. Ian está en una práctica de una asignatura puesto que no coincidimos en el mismo grupo de prácticas asique ahora estoy aquí sola tomando el sol.-Te estás quemando –una voz me hace sobresaltar del susto e inmediatamente recompongo mi postura levantando medio cuerpo y observando de quien se trata.
Otra vez ese chico.
-Deberías ponerte protección solar. Eres demasiado blanca.
-¿Podrías la próxima vez no asustarme?
-Te has asustado tu sola –dice a la vez que se sienta a mi lado.
-Porque no te esperaba –replico.
-¿Y eso me hace ser el responsable?
-Pues claro que sí.
-Está bien. Fue mi culpa, ¿contenta? –responde y saca de su bolsillo un cigarro junto con un mechero.
-¿Enserio? –digo porque ya sabe perfectamente que odio el olor del tabaco –Sabes que no...
-Lo sé –afirma sin dejar que termine la frase.
-¿Entonces? ¿Por qué lo haces?
-Para molestarte. Se te ve aburrida.
¿Pero este chico de qué va?
-Ah como piensas que se me aburrida lo mejor es venir a molestar porque eso te divierte, ¿no?
-Exacto –dice mirándome con una leve sonrisa mientras que en mí puede notar que no estoy de buen humor -¿No te gusta mi compañía? –pregunta dándole la primera calada al cigarro.
-No –respondo y este se me queda observando a los ojos por varios segundos.
-Estás mintiendo.
-No miento –digo sonando algo segura, pero creo que no convence mucho mi voz.
¿Me gusta su compañía?
No lo sé.
-Vale, lo que tú digas –quita su vista de mí para ponerla de frente mientras sigue fumando -¿Tienes novio?
-¿Qué? –digo un poco pasmada.
-Qué si tienes novio, ¿ahora eres sorda? –repite volviendo a fijar la vista en mí.
-No, no tengo –confieso.
-¿Y el chico de ayer? Te vi con uno.
-¿Me estabas espiando?
-No –dice tajante –No pierdo mi tiempo en esas cosas. Pasé por aquí y simplemente te vi.
-Es mi mejor amigo –respondo y el pelinegro asiente con la cabeza.
-Oye... -comienzo a decir después de varios minutos en silencio –Me preguntaste mi nombre el otro día, pero yo no sé el tuyo.
-Caleb -después de eso apaga el cigarro y lo veo levantarse –Ese es mi nombre.
-¿Te vas?
-Has dicho que no te gusta mi compañía, pues me marcho.
Igual no lo decía enserio...
-¿Has dicho algo?
Mierda creo que lo he dicho en voz baja.
-Nada –digo inmediatamente –Yo también me voy. Tengo clase. Nos vemos –respondo cogiendo mi bolso del césped y camino en dirección de mi edificio.
No sé por qué, pero siento como una extraña sensación con este chico. Es como algo misterioso, no sé exactamente como definirlo.
¿Por qué se acerca a mí?
¿Qué pretende?
¿O es qué solo le gusta molestar a las personas?
Será eso, ¿no?
En fin, no lo sé. Olvídalo Malory. Céntrate en las prácticas que tienes ahora. Eso es lo que tienes que hacer.
Y eso hago. Entro en el laboratorio donde el profesor da comienzo a su clase.
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Aun sigo pensando en ti
Romance¿Cuánto tiempo hace falta para sanar su corazón? ¿Por qué no puede olvidarle? ¿Cómo es posible que ella este así por alguien que ni siquiera ha visto? Malory intenta hacer todo lo posible por dejar de pensar en él, pero no puede. ¿El por qué? Eso...