Capítulo 1

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Bajo ataque.

____  Lémieux

Mi mirada tranquila recaía en aquellas páginas que terminaban por robarse toda mi atención y varias de mis sonrisas ante las escenas que protagonizaban los personajes. La brisa fresca hacía que algunos de mis cabellos salgan de su lugar y que mis pulmones se llenen de aire que me hacía sentir fresca y en calma.

Sin duda el clima que hoy recaía sobre Nastaran me era gratificante y me causaba bastante paz, hoy era un día tranquilo y la verdad lo agradecía. Mis padres junto a mi hermano mayor salieron de viaje, como mi presencia no fue requerida me quedé en el palacio sola, sin embargo no era algo inoportuno, después de todo disfrutaba mi tiempo a solas.

Algo que los tenía intranquilos a los tres hace varios meses es que últimamente hemos recibido ataques en nuestra frontera, no han querido hablarme de ello, sin embargo estoy al tanto de lo estresados que los tenía, incluso a mi madre, la cual no solía enredarse demasiado en temas de ese calibre.

Y aunque tengo una gran curiosidad sobre el tema, he preferido callar al verlos tan estresados, pues supongo que me lo contarán cuando lo vean necesario. Por suerte aún no han matado gente inocente y lo único qué me mantiene tan tranquila es que la frontera está altamente alejada de nuestra capital. Phersok.

Pasé a la siguiente página, ansiosa por más contenido del libro que me ha causado desvelos los últimos días. Solo me falta algunas páginas para acabarlo y sin duda me tiene bastante emocionada el desenlace. Y cuando estaba a punto de empezar a leer al puerta es abruptamente abierta, mi vista se va de inmediato hacia el lugar, logrando divisar a un soldado con el típico uniforme rojo vino y botones dorados. La mirada casi desesperada del guardia inmediatamente me puso en alerta.

Con un mal presentimiento y por alguna razón una opresión en el pecho dejó a un lado el libro, me levanto del lugar alejándome de aquel balcón en el que estaba antes para acercarme al guardia, con el ceño fruncido. ¿Ahora qué estaba pasando?

—¿Sucede algo? —cuestiono sin entender, este por un momento no respondió, aumentando mi ansiedad en el proceso.

—Estamos bajo ataque. —Suelta finalmente logrando que mi piel se erizara, no era común oír la voz de un guardia del palacio tan... aterrorizada.

—¿Qué? —Y antes de recibir una respuesta casi corro hasta llegar nuevamente al balcón, con mis manos en los barandales miré todo en busca de alguna anormalidad. Y no halle nada, sin embargo, tan solo segundos después me quedé estática al notar como una oscuridad inmenente invadía el cielo azul, entrecerre los ojos tratando de percibir algo más hasta que veo como de esas tinieblas un caballo completamente negro... ¿y alado? Venía al frente, seguido de más caballos los cuales se aproximaban al igual que sus ginetes... ¿Qué está sucediendo?

Antes de que pueda dejar en claro mi desconcierto, fui casi arrastrada fuera de mi habitación por aquel mismo guardia, en ese momento mi mente seguía procesando todo... ¿quienes son ellos? ¿Qué buscan? ¿Por qué rayos parecían ascender desde el inframundo? Tan solo recordarlo... me hacía estremecer. Y entonces reaccione, mi mirada se fue hasta el guardia y por fin pude hablar.

—¿Qué está pasando? ¿Dónde vamos? —interrogó alertada, jamás habían atacado nuestra capital... y menos sin mi padre presente.

—Necesito ponerla a salvo, es la única persona perteneciente a la familia real que quedo en el palacio, esta claro que vendrán por usted —bramo sin inmutarse por mi desconcierto, como si fuera una muñeca de trapo seguía prácticamente arrastrándome por el pasillo—, iremos a un refugio preparado para estos casos, saldrá en cuanto esté fuera de peligro.

La Ocuridad Del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora